viernes, 27 de febrero de 2015

Mi entrada en la Web

A finales de los años 90, mi esposo que ya tenía sus 70 años, estaba escribiendo un libro de texto, cuyo título era Sala de Audiencias,  se trataba de una recopilación de sentencias dadas en el tiempo en que había sido Juez Penal, trabajo que efectuaba en una máquina de escribir, que aunque moderna, no avanzaba en su trabajo, como lo podía hacer en una computadora, eran las recomendaciones constantes de sus hijos, pero como todo Señor mayor y un poco terco, se negaba a usar tremendo aparato.
En esa época, hicimos un viaje a Michigán, donde uno de nuestros hijos hacia un Post-grado, quien se dedicó a introducirlo en el mundo de la Web, aprovechó para que enviara correos a sus otros hijos y amigos, cosa que le produjo cierto entusiasmo y aceptó que era de verdad una maravilla, poco duró ese entusiasmo pues al regresar a Venezuela, tomó de nuevo su maquina de escribir., pasado un  tiempo y aprovechando su cumpleaños, los hijos le regalaron una flamante computadora, recuerdo que fue una Windows 98, y se comprometieron a explicarle todos los días su funcionamiento, además de los beneficios que iba a encontrar, de nada sirvió y al salir ellos me comentó, ya los hijos quieren saber mas que yo.

Pero, fue un problema para mi, ya que cuando le daba a la tecla que no era, aparecía otra cosa, y el grito YLBA, llegaba a donde yo estaba, para que lo sacara del problema y como hacerlo si yo no conocía nada de eso, como cumplir mis deberes de esposa y secretaria, pero así fue como entre yo en ese mundo de la Web, oyendo las explicaciones que eran para él, y tratando de enderezar lo que él hacía mal, hoy puedo decir que soy autodidacta en computación.

Al comienzo solo usaba Word para escribir documentos, hacer formatos, buscar con Google, así poco a poco  comencé a enviar y recibir correos, luego vino la gran maravilla Internet, entrar en las diferentes redes sociales, con las que me he encontrado y reencontrado con amigos que tenía años sin saber de ellos, lo que mas me gusta es el poder leer diferentes clases de libros, mas ahora que los precios no me permiten adquirirlos, una vez quise abrir un blog, pero comprendí que eso no era para mi, me gusta entrar en blogs de mis amigos, siempre encuentro cosas interesantes, y ahora este blog ideado por Elena y Loly, que me permite expresar y recordar las aventuras de mi vida,
En estos momentos es cuando mas aprecio le doy,  por la facilidad como puedo comunicarme diariamente con mi hijo y nietos que están en otros lugares y hasta hablar y ver sus caras todos los días, por medio del Skipe,

Lo que no me gusta es archivar fotos, tengo un archivo pero de fotos que me han tomado, porque considero que no hay satisfacción mayor que tenerlas en papel,  en un álbum,  sentarse de vez en cuando a verlas y recordar épocas pasadas en compañía de la familia.

Podemos hoy decir, que estamos todos unidos en un gran Continente llamado Web.

Qué sería de mí sin la Web?


Yo tuve mi primera computadora en 1986.  Mis padres me la compraron como regalo para mis quince años.
Era una Commodore 16, con todos sus periféricos.  Una caja enorme de chucherías que me llevó varios días averiguar para qué servía.  Un teclado aparatoso que se conectaba a la televisión.  Un dataset donde podía grabar información en cassettes de cinta!!!! y los indispensables joysticks para los juegos.

No existía el entorno Windows, ni los discos rígidos.  Básicamente la prendías y la tenías que programar para que hiciera lo que quisieras que haga..y luego o guardabas en los cassettes la inof o se perdía y la próxima había que volver a empezar.  Hasta música hacíamos con esa cosa.  Rápidamente mi casa se convirtió en el centro de reunión de mis compañeros de escuela, ya que ninguno de ellos tenía computadora en su casa.

Más tarde la cambié por una Commodore 64, luego por una XT, finalmente por una AT que ya tenía Windows y disco, pero donde seguías grabando en los diskettes flopply de 5 1/4 pulgadas.  Que tiempos!  Con un hermoso monitor fósforo blanco.

Para todo esto en la escuela secundaria y en la universidad teníamos cursos de DOS y demás herramientas imprescindibles.

Y en el año 1999 llegó a mi vida internet.  Ahh que maravilla!! La primera persona con la que hablé fue MANOJ, un chico de Nepal con el cual compartimos desde entonces nuestras vidas.  En ese momento estaba decidiendo que iba a estudiar y hoy es un profesional, se ha casado, tiene una hija hermosa y seguimos hablando muy seguido.

Hoy la web ocupa un lugar central en mi vida.  Es mi herramienta de trabajo.  Con ella organizo viajes, reservo hoteles, armo itinerarios, me contacto con pasajeros, operadores y hoteleros de todo el mundo. Sobre todo desde que tenemos Skype.  También es lo que me mantiene en contacto con familiares que viven tan lejos como en Barcelona, Sevilla o Atlanta o en el interior de la República.  Y con los amigos de la vida que viven en todas partes y aun asi me mantengo en contacto diariamente.

Obvio que tambien la uso para entretenerme: algún juego y muchísimas lecturas!

Por la web me he peleado, me he amigado, me he enamorado, me he decepcionado, he conocido gente maravillosa y de la otra. He recibido regalos, salutaciones y muestras de afecto en momentos duros.  No concibo la vida sin la web.

Les pongo fotos ilustrativas de mi primera compu y de mi compu actual, solo para que nos ríamos un poco de lo que cambiaron las cosas desde el 1986 al 2015.



miércoles, 25 de febrero de 2015

Mi resistencia al cambio

Cuando empecé a trabajar en donde estoy ahora, este año se cumplirán 25 como si nada, todavía se usaban las máquinas de escribir, con papel carbón y dos o tres hojas de papel copia, que por lo regular eran muy finitas.  Lo malo era que cuando se cometía un error, había que empezar la redacción desde el principio.

Cuando llegaron las computadoras, ahora son vistas como dinosaurios, que nos fueran donadas, eran la novedad para mis compañeros de trabajo, mucho más jóvenes que yo, ellos acaparaban las tres máquinas que habíamos recibido, sin embargo, mi compañera de oficina se ofreció amablemente a enseñarme, cosa que yo rechazaba con una dulce sonrisa, "no gracias, yo sigo con mi máquina de escribir", le decía, y ella me respondía "no sabes lo que te pierdes", así pasaron algunos meses, ella insistía cada días más y más, y yo resistiéndome al cambio, ¡qué empleada más obsoleta era yo! jajaja, pero finalmente acepté, el programa que se usaba entonces era el MS-DOS, con un complicado sistema que incluía el Alt + control, o Alt + algún número, ya se me olvidan jajaja, en fin, yo, libreta en mano iba anotando paso por paso todo lo que tenía que hacer y cuando cometía un error, sentía que el mundo se había terminado, afortunadamente nunca fue así :)

Una pequeña muestra de cómo se veía el inicio de sesión.

Y por supuesto que mi compañera tenía razón, cuando empecé a ver los beneficios de la computadora, casi le hago un altar, jajaja, sobretodo por el uso de la WEB, entonces las computadoras pasaron a ser la herramienta más querida para mí, no sólo por ser un medio de trabajo muy eficiente porque agiliza las comunicaciones, sino porque pude empezar a tener amistades virtuales, las relaciones sociales son muy gratificantes cuando se puede dosificar el tiempo y el horario para mantenerlas, ¡es excelente! Creo que la WEB bien podría ganarse el calificativo de la 8a maravilla del mundo, aunque viéndolo bien ya le tocaría como la 10a jejeje.

Etiqueta  MS-DOS

lunes, 23 de febrero de 2015

Calor humano en la web

Soy de la generación que no conoció las computadoras sino hasta  después  de terminada la universidad y por lo tanto la web, la vine a conocer muchos pero muchos años después.

Recuerdo que cuando terminé la universidad e hice una especialidad en área pedagógica, unas amistades me prestaron una computadora para hacer el trabajo con que me darían mi diploma, porque incluso me titulé de médico con un trabajo en máquina eléctrica.

Años después tuve mi primer computadora y le tenía un miedo, de hecho por dar clic en donde no debía en varias ocasiones la descompuse jeje

Así que pensar en el internet, era más miedo todavía! Y más le pensaba porque en aquel entonces al usar internet usabas el teléfono y si alguien te hablaba tu línea estaba ocupada.

Pero llegó el tiempo en que tenía que vencer el miedo y administrar el miedo.

Dejé de descomponer computadoras y con la guía de mi hermano y leyendo todo manual que encontraba, logré manejar mi computadora, sino excelente, por lo menos sí para que me resultara muy útil y ahora casi indispensable.

El mudarme de ciudad además me imponía estar en contacto con amigos y familiares en el DF, e incluso algunos en otros países.

Y cuando el internet que contraté te permitía usarlo sin ocupar la línea, bueno, el mundo se pudo abrir. Empecé a dar clics y me encontré con algo realmente maravilloso.

Todavía la gente que oigo que detesta la web, creo que precisamente es porque no logran encontrar la utilidad que yo hallé.

Así que cuando me di cuenta, ya tenía donde actualizar las clases que imparto a mis alumnos.
Ya podía encontrar canciones que mi mamá añoraba hace años. Tenía contacto en minutos con mis amistades y familia. Increíble que un correo llegue tan rápido incluso al otro lado del mundo.
Y encontré muchas cosas más.

Y ¿lo más valioso? Encontré a pre-textos. Ese lugarcito (que hasta después me enteré que no era de mi país, sino de Argentina) que me enseñó a que había gente que amaba los libros igual que yo, que le gustaba opinar sobre ellos y que después se convertirían en personas a quienes puedo llamar amigos, a pesar de que algunos no los he visto físicamente.

Después descubrí  el mundo de los blogs, que sacó a flote mi faceta de escritora.

Y al final, descubrí el facebook, gracias al cual tengo más contacto con mis amistades y amigos e incluso con varios a quienes creía perdidos.

Y la gente se atreve a decir que una computadora y la web es fría. No nos conocen a quienes la usamos.

Sí, hay riesgos, hay desventajas, pero como en todo, no son las cosas las que son, sino la forma en que las usamos. Y yo tengo mucho calor humano en todos esos megabytes que le dan vida y alegría a mi existencia. 

Los personajes de la web

En la oficina donde trabajaba en el DF tuve por primera vez en mi vida una computadora a mi disposición con acceso a Internet. Una de las primeras cosas que hice en cuanto me familiaricé un poco con el manejo de la web fue abrir mi primer blog. No les voy a hacer su historia, que a estas alturas ya es bastante larga, pero sí les hablaré un poco sobre los personajes que por allí aparecieron. 

Al principio era muy frustrante esto del blog. Publicaba y publicaba, y nadie se daba por enterado. Aquello era un desierto. Vamos, que me parecía que estaba hablándole al vacío. Tuve que esperar un par de años antes de que llegara mi primer comentarista, un chico latinoamericano (¿colombiano?) que vivía aquí en la ciudad condal. El segundo comentarista, una amiga del DF, tardó aún varios meses más en aparecer, y ya después gracias a ella se precipitaron otros muchos, podría decirse que en avalancha, con lo que el blog cobró mucha vida y vi renacer un interés ya casi perdido.

Fue entonces cuando aprendí que tener gente que te lea y te comente es todo un compromiso. Implica no solo el agradecimiento y responder sus comentarios, sino también visitar sus blogs y dejarles algunas palabras a mi vez. Siempre fue un gusto, no puedo decir otra cosa, y también una cantidad de tiempo considerable invertida en eso de leer y comentar. Pero esa es la esencia de este mundo de los blogs, establecer una comunicación y cultivar la reciprocidad y, con suerte, la amistad. De esa etapa tan activa me han quedado varios buenos amigos, muy queridos, y por eso aún hoy, cuando ya no dispongo de tiempo para leer y comentar por todas partes, sigo agradeciendo a quien tuvo la feliz idea de crear este formato.

Claro que no solo hay comentaristas bien intencionados en la web. Están, entre otros, los que dejan comentarios spam, que no hacen más que poner alguna promoción a su propio espacio o a algún producto en venta; y también los trols (o trolls), seres oscuros y amargados que se dedican a ir por ahí regando la peor de sus bilis, dejando palabras negativas y con frecuencia agresivas, que muchas veces ni siquiera tienen que ver con el tema de la publicación del blog. 

Hay aún otro tipo que no sé cómo nombrar. Los ubico en un punto medio entre el amigo y el troll, una especie de trol-amigo bien intencionado. Se trata de aquel que comenta sin ofender y, por supuesto, con la mejor intención del mundo, pero solo lo hace cuando tiene algo que decir en contra de lo que se ha publicado, cuando no está de acuerdo. Lo peor es que suele tener una base sólida para lo que dice e incluso puede llegar a tener razón, echando por tierra todo tu trabajo. Son lectores críticos, que saben de lo que hablan, especialistas en encontrar el punto débil de todo tu razonamiento. 

¡Ah, sus comentarios siempre fueron los más difíciles! A los otros se les contesta con una palabra amable o simplemente se les borra, pero estos son al mismo tiempo positivos y negativos. Te mueven el piso, te provocan algún enojo, y también te hacen crecer. Gracias a ellos te ves obligado a poner más cuidado con lo que escribes, a investigar más antes de publicar algo y, todo hay que decirlo, hasta evitar en ocasiones los temas que puedan ser complejos o controvertidos. Porque con ellos uno se siente responsable de cada palabra que lanza al ciberespacio; sabes que ahí estarán, fiscalizando tu texto, preparados para rebatir una a una tus afirmaciones. 

Los tiempos cambian. Mis intereses ha ido variando y mi actividad real se ha ido incrementando, por lo que dedico mucho menos tiempo a esto de los blogs y supongo que del otro lado de la pantalla suceda lo mismo. Ya no hago la ronda diaria por el “ciberbarrio”, leyendo y dejando comentarios en cada espacio amigo (con frecuencia no me alcanza el tiempo ni para participar activamente en mis propios blogs), y creo no equivocarme al decir que son pocos los que siguen esta rutina. 

A veces —las menos— paso y comento, sobre todo para que mis amigos sepan que no los olvido, y una que otra vez dejo mi opinión también en sitios nuevos, cuando un texto me llama la atención. Y sí, debo confesar que en esos momentos me he sorprendido comentando solo en temas que conozco y que han mal-tratado en su publicación, siempre para rebatir, sin ofender, por supuesto, y con la mejor intención del mundo... 

domingo, 22 de febrero de 2015

Ah... La vanidad!!

La vanidad... según leí el vicio maestro, el comienzo de todos los pecados, esto complica reconocer que somos vanidosos pero aceptemoslo, sin importar que tan mal parada la dejan las definiciones, tod@s tenenos algo que cae en la categoría de la vanidad.

Todos buscamos la manera de lucir mejor, de resaltar un atributo, elegimos la ropa que sentimos nos queda mejor, nos maquilamos, nos arreglamos el pelo, las uñas y eso es sólo en cuanto a nuestra apariencia. En otras ocasiones presumimos de lo que sabemos, aunque no lo hagamos conscientemente o lo hagamos con la mejor intención de "iluminar" a algunos, dejamos saber que sabemos lo que sabemos o que podemos hacer lo que podemos hacer.

En mi caso particular trato de sacarle partido al que considero mi mejor atributo físico, por no decir el único: la estutura y como lo hago...pues con zapatos altos.

Me encantan los zapatos altos, padezco no poderlos usar siempre, no me siento igual cuando me pongo zapatos altos que cuando ando arrastrando los pies y que conste no lo digo yo, hace poco leí un artículo sobre un estudio que hicieron en una universidad de Canadá que indicaba que a las mujeres con zapatos altos le daban paso mas fácil al cruzar una calle o recibir ayuda que las que usaban zapatos flat y yo puedo dar fe y testimonio de que es así, al menos al cederme el paso.

Los zapatos sin tacón los compro, y los uso, por pura necesidad, los altos por gusto y quizás por eso en ocasiones me excedo y acumulo mas de los necesarios...corrijo, ninguna mujer tiene mas zapatos de los necesarios, siempre necesitamos ese que vemos en la vitrina para combinarlo con el pantalón que vimos en otra. Cierto Loly y Cecilia?

Cual circulo me toca por la vanidad de acumular zapatos?




VANIDADES FAMILIARES

Colaboración de Luisa Adriana

La Vanidad, bueno creo que muy a pesar de no hallar las mejores definiciones en el diccionario, todos encaramos alguna vanidad, por varias razones, no asumimos esa realidad, incluso por algo muy nimio, nos atendemos, nos cuidamos y enfrentamos ese deje de cómo me veo , me siento o verán.  Creo que a nosotras, en casa, mis padres nos enseñaron a tener una vanidad sencilla, un cuidado por digamos estar bien presentadas, y cada una de nosotras lo asumió según su manera.

Siendo tres mujeres, hijas, y mi madre, siempre con su cabello impecable y sus uñas largas y muy bien cuidadas, algo debíamos heredar.  Un sencillo pasó por esta etapa que nos identificó además en la forma física, la que todos ven. Nuestra adolescencia donde todo esto se hace individual y particular, la vivimos en casa de mi abuela, teníamos un cuarto para las tres, y un closet, espacioso donde cada cual tenía sus cajones para organizar. Pero al fin era un solo espacio, y acumulaba nuestras locas vanidades en crecimiento.  Las fotos que adjunto, son de la época, en que aun vivíamos juntas, sin compromisos de ninguna clase.




Mi hermana mayor, Mariángeles, es la chica que todo le debe combinar, no puede tener nada fuera de tono, y era literal, la más intensa en organizar ropero, aún lo es; quizá los años le aplazan un poco pero al vida le ha dado hija y nieta, para poder seguir con su rol. Ella a pesar de tener un defecto físico muy notable, jamás la opaco, salía a la calle muy puesta, muy organizada y se maquillaba mucho, le gustaba destacar su rostro, y las uñas siempre largas, pintadas, no recuerdo desde quizá sus 16 años verlas sin algún color. Puede gastar el tiempo que sea en recorrer los lugares para organizar sus prensas que se junten en armonía de colores, siempre la verán muy arreglada y bonita.






La menor, Ana María, desparpajada, a ella entre más liviana la ropa mejor, el desorden total, su ropa estaba de un lugar a otro, ella se ponía lo que salía, y muchas veces le criticaron porque le gustaba llamar la atención con sus prendas, se comenzó a maquillar a corta edad, ella era la niña precoz en todo, creció mas, a menor edad, la creían nuestra hermana mayor, y muy engreída, se ponía feliz de que fuera así; pero es quizá la más despreocupada de las tres en los detalles, le gusta más que nada cuidar su cabello, es como su atracción personal de vanidad. Ya casi no se maquilla, y como enviudo tan joven dejo atrás ese estilo como fresco  con que se vestía, creo yo, por esto fue; después de un largo periodo se volvió a preocupar por su atuendo, sin embargo, es relajada y busca comodidad, a pesar de cualquier cosa.


 

Y bueno yo, como siempre en casa soy la diferente, jajaja, mi vanidad fue creciendo por motivos ajenos a la educación, y el principal, el medio en el que estudie y he trabajado, rodeada de hombres – como saben – Igual que a mis hermanas, algo venia de casa, pero al tener ya un trabajo, ese donde ya no eres niña, ni siquiera adolescente; llevaría casi un mes, y me llama el jefe de personal. – Bueno, acá ya no eres niña, debes venir de vestido formal, tu cabello sin coletas, y bien arregladita como toda una dama, entre en pánico, llegue a cas a contarle a mi mami, quien se puso feliz, (cosa incomodísima) y me dijo eso es fácil, y al cabo de unos días, ella me había confeccionado vestido, faldas, blusas, y que se yo, mi ropero dejo de ser joven estudiante, y me volví en la nueva de tacones, se burlaban mis hermanos; tendría unos 18 años larguitos, y hasta el día de hoy, preferiría vestir de falta, solo que el medio, igual no me deja. Aprendí a ese toque de feminidad, que nos hace distantes de los hombres, sin ser arrogante, para nada, considere también que esa atención a mi presentación, como una acción propia; era una forma de reivindicar mi sentido femenino, por lo cual me prometí, jamás llegar a trabajar sin el arreglo básico, con lo que claro la vanidad toma un papel más importante; me cuido y atiendo, no meticulosa como mi hermana mayor, quien me criticaba por no hacer ciertas cosas; pero si, a ella le aprendía a combinar y organizar con tiempo lo que me pongo. Entre lo esencial está el maquillaje, además de gustarme, siempre, léase literal, siempre me combinan los ojos con lo más cercano al rostro, el cabello nunca llega sucio en una coleta, siempre limpio y organizado y hoy día las uñas me devengan buen tiempo por todo lo moderno. No salgo de casa en ropa ligera, no uso sudaderas, y prefiero no andar en tenis, o debo hacerlo de una manera muy acorde con la ropa, y mis ojos llevan un delineador y pestañina o rímel, Concluyo, soy y me gusta ser vanidosa, desde chica un aire coqueto me agraciaba, me parece; sin ningún extremo, pero es parte de mí, si hoy debo salir de afán, hay cosas básicas que hago, y ya.

Acá las cuatro, en estos días

Cuando a tu alrededor tienes un 99,8% de hombres, has de aprender que si tu no notas el detalle, ello si, sea acorde o fuera de base, ello lo notan; no quiero hacer esta observación como algo malo y con lo que cree falsas vanidades, pero si como ese punto donde ser además de muy femenina, tener un toque para mantenerte siempre, diré, presentable. Me siento muy bien con ello, y aprendí también que los hombres son muy, muy vanidosos, ellos se cuidan mucho, y así eduque, la sana vanidad referida al cuidado y buena presentación, te identifica, te hace más individual, y te da una cierto autoridad, con tus pares porque es señal, de que te respetas al cuidarte. Y le sumo, mi inteligencia, el sentido de identificarme con lo que hago, sentirme exclusiva por mis acciones, que es otro toque de vanidad con la que me hago un lugar donde laboro o estudio o comparto con varias personas pues es un orgullo de mi misma, como creer en mí, o algo similar. ; Así mismo mis chicos les digo, hay vanidades que afloran y unas que corresponden al ámbito muy personal, que son sanas y no hacen mal. Creo también que la feminidad, lleva puesta una dosis de vanidad, y la refiero en el cuidado, en un vestir que nos haga sentir cómodas, que nos destaque, que nos encare en este mundo del machismo con delicadeza.

Abrazos, Luisa Adriana.




¡BIEN PRESENTÁ!

Pienso que más que vanidad a las mujeres  nos encanta estar bien "arregladas" refiriéndome no a la vestimenta sino al maquillaje, peinado o arreglo de uñas.

Cuando se entra a la adolescencia ya comenzamos con el bichito de querer lucir muy bien, esperamos con ansias el momento en que  podemos comenzar a maquillarnos sin que parezcamos ridículas, me refiero al hecho actual, que niñas de apenas 12 años las mamás les permiten que se pinten.

Recuerdo que hacía mis ahorros para poder comprarme la crema para el cutis marca Ponds, que era la mejor que había, decidí cortarme mi cabello que me daba hasta la cintura y hacerme la permanente porque era lo que estaba de moda, aprender a pintarme los ojos estilo Cleopatra, luego de un tiempo recuerdo que me corte el cabello como la modelo Twiggy, vestirme como ella y así una serie de cambios de acuerdo a la época y hasta ahora, en mis tiempos,  es muy raro que salga de mi casa si no llevo maquillaje, sin embargo no me considero vanidosa, ¿Qué dicen ustedes? ja ja.


sábado, 21 de febrero de 2015

Vanidosa 100%

Soy una persona vanidosa.  Vanidosa de manual.  O sea, si uno va a buscar la definición de vanidosa en el diccionario directamente aparece mi foto.  Y no, no me da remordimiento ni culpa.  Porque en realidad me costó mucho aprender a quererme y volverme vanidosa me terminó salvando de males mayores.




Me explico.

Provengo de una familia patricia.  Terratenientes. Austriacos.  Estrictos.  Todos mis primos son altos, delgados, espigados, rubios, de ojos claros, profesionales de carreras tradicionales: médicos, abogados, contadores, ingenieros. Con maravillosas familias de hijitos rubios con rulos y pecas.   Provengo de una familia donde fracasar no es una opción.

Y yo soy... YO.  O sea, una persona poco atractiva en una familia de gente hermosa, en una ciudad de gente hermosa...una persona a la que le gusta leer, viajar y alejarse de los convencionalismos. No me gusta seguir reglas, cumplir órdenes ni dar explicaciones.  Soy bajita, gordita, de cabello y ojos oscuros...la ovejita negrita de la familita....

Durante años me sentí disminuída, inferior, deprimida, poco apta, incapaz de contentar a mis abuelos y mis padres y a mis novios y a mis maestros que me preguntaban porque no podía portarme bien como mi hermana.

Hasta que un día, comencé a estudiar turismo.  Yo ya tenía más de 30 años.  Mis compañeros tenían un promedio de edad de 22.   Todas mis compañeras eran bellísimas.  Todos mis compañeros eran guapos.  El primer día, miré a mi alrededor y me pregunté que hago yo acá?  Cómo voy a competir yo con esta gente?  Nunca me voy a insertar laboralmente en el rubro del turismo! Y ahí me encontré con que tenía dos únicas opciones: o abandonaba o, como el Ave Fénix, me reinventaba a mí misma. Así que, sorprendiendome mucho a mi misma, di un giro de 180 grados.  Y fue genial.  Porque cuando yo me convencí de que era más inteligente y más hermosa y que tenía más experiencia y que no iba a aceptar un NO como respuesta, los demás también se dejaron convencer por esta nueva YO.  No sólo me converti en la lider del curso, sino que fui la única de mi grupo en recibirme en tiempo y forma, fui el mejor promedio de mi promoción, fui la primera en comenzar a trabajar y hasta me convocaron de la universidad para dar clases.  Cuestión de actitud? 100%

No me parece que ser vanidoso esté mal.  Creo que todos tenemos algo con respecto a lo cual sentir vanidad y orgullo.   A mucha gente le molesta que yo ande por la vida creyéndome la mejor de todas.  Y bueno, no se puede complacer a todos.   O si?






 

Los niños siempre dicen la verdad... y muchas veces lo hacen con saña!!!

Las definiciones que encontré en el diccionario y en la red sobre vanidad son bastante feas y creo que se relacionan poco con la acepción que personalmente le doy a esta palabra y que tiene que ver con el buscar verse bien, destacar o ser reconocido, sin que esto necesariamente llegue al extremo de guiar tu vida.

Aclaro esto porque no me avergüenza reconocer que tengo mis pequeñas vanidades, más que de la parte física, de la parte intelectual. me gusta el reconocimiento a mi trabajo y una felicitación sincera por una labor bien hecha. 

Pero volviendo a la parte física, si bien no acostumbro a maquillarme, si me gusta lucir bien, tratar de usar ropa que me siente, bonitos zapatos, plancharme el pelo, etc., etc. Cuando me gusta como me veo hasta me siento capaz de comerme al mundo. Sin embargo, debo decir que tengo a mi lado el remedio perfecto para evitar envanecerme y que esto lleve a la perdición de mi vida: mis hijas.

Quienes siguen mi facebook habrán leído en alguna ocasión que he publicado las sinceras y directas palabras que me dirigen mis hijas cuando se refieren a mi look. El primer pinchazo a mi ego vino de parte de Daniela, hace casi tres años atrás, mientras me probaba el nuevo uniforme de la empresa:

Daniela:  "Mami, ¿y esa ropa?
Yo: Es el nuevo uniforme de mi empresa
Daniela: ¿Vas a trabajar de acomodadora en un cine?
Yo: PLOP! 

Otra de estas anécdotas ocurrió hace poco, estábamos en un centro comercial y yo me probaba un traje de baño de colores vivos que me gustaba mucho:

Yo: Daniela ¿qué te parece?
Daniela: Bonito... si tuvieras 15 años menos
Yo: Buaaaaaaaa

Quien me diga que puede resistir un comentario así y seguir sintiéndose vanidosa que pase y me lo diga en la cara jajajajaja.

A estas perlas cultivadas se suman las de mi hija pequeña, quien al parecer lleva en su código genético el mismo gen de la sinceridad humillante de su hermana mayor:

Así, el día que me corté el cabello le pregunté a mi pequeña:

Yo: ¿Te gusta mi corte de pelo Ariana?
Ariana: No me gusta mucho... pero me gusta tu ropa!

Al menos esta me da un premio consuelo jajajaja.

Y la última perla, ocurrida hace una semana:

Estábamos preparándonos para salir a una misa y Daniela y Ariana lucían unos vestidos muy elegantes mientras que yo llevaba unos jeans, así que les dije que me iba a cambiar para no desentonar con su estilo. Cambié los jeans por una falda muy bonita y luego salí y dije:

Yo: ¡Ahora si! ya estoy igual de elegante que ustedes.
Ariana: La verdad es que no mamá, pero no importa, ya vámonos.

Y después se preguntan porqué algunas especies dejan abandonadas a sus crías luego de parirlas jajajajaja.

Mis gurús de la moda y su humilde servidora


viernes, 20 de febrero de 2015

Es la Vanidad una virtud o un vicio.?

Estoy asombrada por las definiciones tan negativas de la palabra Vanidad, arrogancia, soberbia, no es posible que no encuentre una definición si no positiva, por lo menos tolerante, sin embargo pienso  que con el tiempo también varía el significado de las palabras, hoy  es mas admitida como la estimación propia a nuestros valores.

Siempre he pensado en la necesidad de ser un poco vanidosa, pues no hay algo que  levante tanto el ego de una persona, que sentirse admirada y segura de nuestros valores, aunque se cree que una persona anciana no debe ser vanidosa, pero para la persona que está envejeciendo, es un deber y una necesidad dedicar tiempo  a sí misma, en parte en retribución al tiempo en que no pudo hacerlo..

En estos días carnavalezcos, reunida con mis hijas, aprovechamos para dar una ojeada a fotos de mi juventud y su niñez, entre rizas y comentarios, pude observar el gran cambio, no solo físico sino de indumentaria de solo 50 años para acá y me pregunté, acaso antes no era tan vanidosa como ahora y como llegué a esta transformación, pero comprendí que no fui yo quien cambió, fue la moda, la que nos esclaviza de tal manera, que es casi una obligación seguirla, de mis trajes anchos, mangas largas, cerrados y discretos, he llegado a usar, pantalones un poco ceñidos, escotes que trato de cubrir con collares, mas maquillaje y otros complementos que aunque adaptándolos a mi  edad, es algo que años atrás hubiera sido imposible usar, por la creencia errónea que las personas mayores, ya no tienen porque ni a quien presumir,  y lo raro es que me gusta como soy actualmente, moderna y un poco vanidosa, en forma tal  que procuro cuidarme,  haciendo ejercicio diariamente, cuidando mi rostro y mi piel para que las lineas propias de mi edad se suavicen, ya que ninguna crema creo que  puede borrar lo que la naturaleza nos ha dado.
Todo esto, porque para mi,  vanidad no es solo presumir a los demás, es sentirse bello para si mismo,  con esa belleza exterior e interior, que nos permite sentirnos bien, satisfechos con nosotros mismos, porque en la medida como nos sentimos, logramos ser felices y hacer felices a las personas que nos rodean. 

jueves, 19 de febrero de 2015

La Vanidad


Esta palabra en mi infancia, la tenía asociada a los polvos compactos, pienso que era la marca, como la de esta fotografía, ya que mi mamá me decía, alcánzame la vanidad, refiriéndose a los polvos.


A mí me gustaba mucho pararme a la par de ella cuando se arreglaba, porque sin ser muy dedicada a un maquillaje completo, en su marquesa (mueble con espejo y gavetas) no podían faltar, su rubor, lápiz labial y la vanidad, ahhh y su humectante.

Por aquellos tiempos, años setenta, ella usaba una crema humectante llamada Segundo Debut, debe haber sido cara en comparación de otras en el mercado porque ella la cuidaba como un tesoro, yo le pedía que me pusiera a mí también, pero ella me decía que no tenía edad, que ya llegaría el momento. Lo más que conseguía era que me pusiera un poco de rubor y perfume.

Sin embargo, eso quedó muy grabado en mi mente, tanto así que cuando tenía alrededor de 17 años, empecé a usar cremas faciales, limpiadora primero, más adelante agregué una nutritiva nocturna, luego la diurna con protección solar, todas de la marca Pond's, recuerdo el slogan aún, era cantado, "con que te lavas la cara que siempre tan linda estás, me lavo con agua clara y Pond's hace lo demás" jajajaja.

Nunca me he considerado vanidosa, ni coqueta, es más, mi guardarropa estaba lleno de pantalones de lona, camisas a cuadros, y zapatos amarrados, corte de pelo corto, en fin, me confundían con un varón, ¡incluso cuando ya estaba casada! jajajaja. Era muy cómoda, no hacía nada que requiriera un esfuerzo especial. Pero mi cutis, eso ya era otra cosa, y lo sigo haciendo, ahora tengo mis productos Mary Kay (valga la publicidad) que es mi pequeño tesoro, y vaya que lo he defendido, una vez que me lo sacaron en el aeropuerto, hice tremendo escándalo hasta que me lo dieron, por supuesto que ya no lo pude llevar en la maleta de mano.

Pero volviendo al tema de la vanidad, aunque no suelo esmerarme mucho en lo que me pongo, nunca he sido capaz de salir a la calle en las mañanas, vistiendo camisón o pijama bajo una bata, ni usando pantuflas ¡eso jamás! 

Etiquetas Vanidad

lunes, 16 de febrero de 2015

Mi vanidad

Intento no ser vanidosa pero a veces gana el deseo de ser halagada jejeje sobre todo si de mis uñas se trata.

Suelo arreglarme de forma discreta, soy una persona conservadora y así me siento bien, pero si hay algo a lo que dedico un poco más de esmero, es a mis uñas.

Suelo usarlas largas y pintarlas, sea de un barniz uniforme, metálico que hace figuras, usar etiquetas o sellos con figuritas.

mamá bromea que como no tengo nada que hacer lo dedico a ellas jejeje pero bueno, es la única manualidad que puedo decir que me gusta y donde puedo mostrar mi vanidad :)

Estas son las etiquetas que uso, son muy prácticas y lindas.


Aquí están mis uñas como las traigo ahorita, recién las corté porque pasaban el límite del largo que tolero :) Las adorné con los sellos de figuras :)





De lo analítico a lo trivial, o Cómo convencí a mi cerebro

A estas alturas ya deben saber que me gustan mucho los blogs. Me parecen una forma muy interesante de expresión y de intercambio. Mi primer blog, el Diario de la Pelusa, lo abrí en abril del 2006 y desde entonces he tenido varios, muchos podríamos decir, y de los más variados temas: de fotografía, de dibujo, de caligrafía, de agradecimiento, de preguntas... y de moda. Sí, por raro que parezca, he tenido hasta dos blogs dedicados a la moda, yo, la menos vanidosa de todas (?!). 

Ya sé que puede tener otras interpretaciones la palabrita, pero para mí la vanidad es sobre todo algo exterior. Es aquello que me lleva a preocuparme por mi apariencia externa en aras de no parecer un adefesio ante los demás. 

Sin embargo, soy del tipo de mujer que siempre puso por delante el mundo interior. “¿Peinarme? Sí, sí, ahora, cuando termine este capítulo...”, era el tipo de respuesta que hacía que mi madre montara en cólera y me espetara, parafraseando a una heroína cubana: “¡Muchacha, empínate!” Y es que la belleza consume un tiempo considerable, más de lo que alguna vez estuve dispuesta a sacrificar. Además, todo hay que decirlo, tampoco me hizo mucha falta. No era precisamente fea y los chicos que me interesaban me aceptaban tal cual. De haber sido de otro modo, quizás ahora estuviera contando otra historia. 

Un buen día no muy lejano, algo en mi dio un vuelco y empecé a preguntarme el porqué real de ese desinterés. Puede que haya sido por haber caído en esta sociedad donde lo exterior es casi más valioso que lo interior, o que tanta propaganda con imágenes de belleza imposible haya hecho su efecto, puede que el motivo haya sido, por el contrario, algo tan prosaico como la edad o “la juventud acumulada”, como diría un buen amigo; lo cierto es que me vi cuestionando mi concepto de femineidad. ¿Soy realmente todo lo femenina que pienso? 

Comencé entonces a visitar blogs dedicados a la moda, muchos de ellos, en un intento de entender qué había en ese mundo, erigido en símbolo de lo femenino, y que yo no acababa de captar. Siguiendo recomendaciones vacié todo mi armario y clasifiqué mi ropa, deseché todo lo viejo, lo reorganicé todo... y ahí fue cuando me decidí a abrir un blog, el primero, en el que básicamente publicaba fotos de mis combinaciones (outfits). 

Por supuesto que no duró mucho porque no tengo madera de modelo y, además, para obtener un feedback tenía que emplear horas visitando y comentando otros sitios, mientras mi mente seguía burlándose de tan trivial preocupación y rechazando la idea de perder tanto tiempo en fruslerías semejantes. Si de algo me sirvió esa experiencia fue para descubrir que 1) el vestir es también una forma de expresión creativa y 2) copiar el estilo de otras no me ayudaría a encontrar el mío. 

Crédito de imagen
Así pues, sabiendo que a la parte más analítica de mi cerebro le gusta que le respeten sus términos, le hice una propuesta que no podría negar: no se trataría de desperdiciar sus neuronas ni su precioso tiempo en pensar en mi apariencia exterior, sino de hacer un estudio de la teoría detrás de la imagen. De esa idea surgió el segundo blog, uno privado, que tampoco duró mucho pero dio mejores resultados.

Encontré que me gusta lo básico, lo simple, pero también lo que aporta cierto refinamiento al vestir sin perder por ello espontaneidad; una mezcla entre lo clásico y lo casual (muy a lo Audrey Hepburn, salvando las distancias, por supuesto). Todo esto luego ha ido desembocando en un cambio de mi gusto a la hora de comprar, más orientado a mis necesidades específicas, y una paulatina definición de mi estilo personal: ajeno a la moda, cómodo, minimalista, con notas elegantes, líneas impecables y combinación de colores sobrios y alegres. 

Haber encontrado cierta sencillez al vestir y, sobre todo, saber cómo y porqué lo hago son mi definición actual de vanidad. Lo importante sigue siendo lo de adentro.

domingo, 15 de febrero de 2015

El universo de chistes de mi profe

Mi profesor de quinto año de básica se llama Carlos Ortega, es calvo, gordito, alto, simpático y de buen humor, y digo eso por que sí que tiene buen humor.

El año pasado llegó un chico de otro grado y se puso junto al profesor Ortega, este procedió a explicarnos la clase moviendo los brazos, y mientras él hacía esto también le estaba pegando al chico "sin darse cuenta" jajajajaja.

Está también de moda en las bromas, el "insecto" por ejemplo, se trata de que el profesor pellizca a alguien y cuando le va a regañar se defiende diciendo que fue un insecto.

Esta semana yo fui la víctima de sus bromas: Regresábamos de recreo y el profe que me estaba siguiendo me apreta demasiado el moño y él me dice ¿Qué pasó hija?. Otra broma que no faltaba era patearme la maleta, el profesor paseaba por la clase y de repente me patea la maleta y yo no me quedo sin reclamar y un poco de rebeldía le pateo la maleta también.

El otro día el profe me hala la mano y me hace regar mis útiles escolares, luego me acerco y le digo: profe ahora hale mi mano y haga que se le caigan los cuadernos a Carlos, mi compañero que se sienta detrás jajajaja.

No me alcanza el tiempo para contarles todas las bromas de mi profe, pero tal vez en las próximas semanas les cuente más sobre este carismático personaje, tan chistoso para sus niños.


Libertad de expresión

Un universo de posibilidades me dije al leer la palabra de la semana y pensé... esta vez no me quedo sin publicar mi anécdota y heme aquí es domingo y recién estoy escribiendo mi historia.
Es inevitable no escribir algo sobre la libertad de expresión ya que en Ecuador el periódico de mayor circulación en el país es de Guayaquil y se trata de El Universo, y ya es la segunda vez que es sancionado, la primera vez por la opinión de un columnista sobre un episodio ocurrido el 30 de septiembre del 2010 donde el presidente estuvo retenido ( unos dicen que por su propia voluntad y otros dicen que fue secuestro, intento de magnicidio y golpe de estado) dentro de un hospital militar luego de un día donde el caos y la inseguridad  reinó en el país porque la policía decidió sublevarse. Este periodista de nombre Emilio Palacio,  también fue sancionado y terminó auto exiliándose en Miami.
Y la segunda vez, ésta, reciente en estos días, el caricaturista de este mismo diario, Bonil, fue sancionado por una caricatura calificada como racista, al hacer alusión sobre un asambleísta que no supo leer correctamente un discurso, lo cual fue notorio y se trata de un asambleísta que antes de ocupar este puesto era un jugador de fútbol, sin estudios relacionados al puesto que ocupa en la Asamblea.
Les he resumido escuetamente los dos casos por los que este periódico ha sido sancionado pecuniaria y moralmente y este ha sido un referente para calificar que en nuestro país la libertad de expresión esta en entredicho.
Tenía un universo de posibilidades y generalmente prefiero contar anécdotas personales, deslindadas de política, pero fue inevitable contarles sobre El Universo, el diario que leo en casa desde que tengo uso de razón, mi preferido como ha sido el preferido de mis padres desde siempre.

sábado, 14 de febrero de 2015

Antigua Guatemala o la experiencia de viajar a otro universo

La entrada de esta semana llega desde Antigua.

Esta manana llegamos muy temprano a la ciudad de Guatemala.  Hechamos un vistazo y decidimos salir huyendo! No resulta amistosa con el turista.  De esta manera decidimos buscar nuevos rumbos hacia Antigua.  Que hermoso lugar! A uno le da la sensacion de estar en un universo paralelo.
Todo sucede mas despacio, mas lentamente. Llegamos un sabado y para mas datos 1rde febrero.  Parecia que todo el mundo habia decidido casarse hoy.  Un casamie to tras otro en todas las iglesias, quinceaneras vestidas de negro, perros sentados en los bares, carros tirados por traccion a sangre...los ninos jugando en la plaza a hacer pompas de jabon! En las casas de fotografia venden pilas y rollos, en Wendys me hicieron la factura de ki compnra a mano, manuscrita con birome....he visto en un dia una docena de cosas que dejaron de existir hace varias decadas...

Estas pequenas ciudades me dejan con ese sabor melancolico de las cosas que se han ido y no volveran.

De todas maneras yo no soy de las que piensa que todo tiempo pasado fue mejor. Soy amante de la ciencia y la tecnologia y me gusta disfrutar de los adelantos de la vida moderna. Pero para un dia de vacaciones de tanta arrollador modernidad Antigua es un universo paralelo pleno de aires gentiles y refrescantes.

hasta la proxima comunicacion que espero ya sea desde mi casa!!!!!!!

En un universo paralelo...

En un universo paralelo yo sería lo opuesto a lo que soy, es decir, sería más centrada y menos despistada, de manera que no viviría situaciones como las que les contaré a continuación:

Un día de verano, mis hijas preparadas para ir a la playa con su papá por todo el fin de semana. Ya están listas y equipadas, llevan su traje de baño, sombrero y bloqueador, y una maleta con la ropa para la noche y el día siguiente. Llega su papá a recogerlas y se van muy contentas pensando en jugar con la arena y las olas del mar. También yo me quedo muy contenta de verlas tan entusiasmadas con su paseo. Y la felicidad me dura hasta dos horas después, cuando entro a su habitación y me doy cuenta que olvidé enviarles la maleta de viaje! no me pregunten cómo sobrevivieron allá, creo que sus primas tuvieron que prestarles ropa y zapatos, y ya se imaginarán los reproches al volver, pero qué le vamos a hacer, es que su mamá es algo despistada.

Ayer en la noche: Salgo de la casa de mi mamá con Ariana, su maleta de la escuela y uno de sus
libros de trabajo donde se encontraban muchos recortes sueltos. Apenas abro la puerta de la casa, un viento fuerte se lleva volando parte de dichos recortes, por lo que Ariana y yo corremos detrás de ellos hasta reunirlos todos, luego volvemos corriendo al auto para evita que vuelvan a volarse, nos subimos y nos vamos. Hasta allí todo bien. Entonces llegamos a nuestra casa y Ariana pregunta por su maleta, ¡horror de horrores! ¡la dejé olvidada en la puerta de la casa de mi mami! y en ese momento no había nadie allá para pedirle que saliera a recoger la maleta. Por las mismas nos regresamos a recuperar la maleta, pero cuando llegamos la sangre se me fue a los pies, no había nada afuera de la casa de mi mamá, se la habían llevado y, con ella, todos los cuadernos y libros escolares de mi hija menor. 

Me bajé del carro con la esperanza de haber dejado la maleta dentro de casa pero no era así, sencillamente ya no estaba. Preocupada salí nuevamente al auto, y en ese momento pasó un señor que vive de reciclar basura en su triciclo, me llamó y me dijo: "señora, ¿usted está buscando una  maleta rosada? la tengo acá. ¡Y allí estaba! dentro del triciclo junto con el material reciclado, la tan buscada mochila de Ariana. Me deshice en agradecimientos hacia el buen samaritano, quien me contó que vio la maleta fuera de la casa y estuvo tocando el timbre para devolverla pero nadie salió, por lo que optó por subirla en su carrito antes de que alguien más la tomara, y al verme llegar y recorrer la acera como buscando algo, pues se acercó a devolverla. Que no se diga que no hay ángeles guardianes para las despistadas, sólo que les toca trabajar horas extra.

Y así podría contarles otras anécdotas que algunos de Uds. ya conocen, como la vez que salí a trabajar y olvidé mis zapatos en casa o sobre aquella ocasión en que salí de viaje de trabajo y dejé mi portafolio de trabajo en casa (incluido todo el dinero que tenía), pero para qué insistir sobre lo mismo, quien es despistado ni con cordones en el dedo se cura. Así que me toca nada más imaginar lo que yo sería si viviera en un universo paralelo, una mujer muy centrada y responsable, pero tal vez un poco aburrida y sin anécdotas que contar en este espacio :)

Un sueño cumplido

Cuando se llega a la edad mía, siempre encontramos un tema para una palabra, con la palabra Universo no encontraba tema que referir, por lo que ya había tomado la determinación de no hacerlo esta vez, pero con las fiestas de carnaval, he recordado a la compañera de estudios de una de mis hijas.
Un niña linda, blanca, de ojos azules como el cielo y cabello dorado, tal como presentan a los angelitos los pintores.
Nos encontrabamos, madre e hijas en todos los lugares y en  todas partes se elogiaba a esta niña, como una princesa, que llegaría a ser la Reina del Universo.
 
El Padre, por naturaleza mas realista, siempre le decía a su hija, estudia mucho si quieres triunfar en la vida, él era un obrero que trabajaba en la Fábrica de Cemento de mi localidad, siempre bañado de polvo de cemento y vestido con una braga gris, que por cierto murió aún jóven con los pulmones tapados, la madre, un ama de casa, con grandes esperanzas para sus tres hijos, dos varones y esta princesa, con la que soñaba ver en la cumbre del mundo debido a su físico.

Cuando terminaron el Bachillerato, la hija no quiso estudiar una carrera, agobiada de ver a su padre trabajando todo el día, sin otra ayuda y sin esperanzas de progresar, decidió trabajar, encontró un trabajo en un Banco, mas por su belleza que por su capacidad para el trabajo, hoy, ya después de mas de treinta años trabajando espera su jubilación y cuando un día le pregunté porque no seguiste estudiando me contó.
Tuve un sueño, estaba en un escenario, compitiendo para Miss Universo, y en un momento que el anunciador dijo, "Y Miss Universo es" allí desperté y comprendí que mi reinado sería el de mi familia, por eso me casé con el hombre que me aprecia verdaderamente, procreamos dos  hijos, y así cumplí el sueño de mi madre, Ser Reina, pero de mi  Hogar, como se dice hoy, Miss Hogar.

Hoy, tanto la madre como la hija siguen siendo nuestras amigas, amistad que ha perdurado a través de los años.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Goku

Estaba yo quebrándome la cabeza en la palabra universo, dándome cuenta que los seres humanos la usamos cuando queremos que algo parezca realmente bueno.

Mi mamá es la mejor mamá del universo, por ejemplo.

De hecho, tenemos un certamen de belleza  llamado Miss Universo, en el que solo participan bellezas terrenas.

Entonces pensé que súper héroes y excepto superman, creo que todos son terrestres. Y entonces en el buscador apareció la frase de Gokú, el mejor guerrero del universo.

Y pensé que eso era literalmente acertado, en uno de los capítulos, él se enfrenta a campeones de otros planetas y gana todas las batallas. Jejee

Y lo sé, porque mi hermano me torturaba a la hora de la comida, poniéndome a ver dicha caricatura, que por cierto, no podría ser peor. Y aunque es viejita la caricatura, muchos todavía la conocen.

Y precisamente por eso, no reclamo la tortura recibida, ya que si en mi clase digo que una respiración anaerobia es como una kame kame ha, mientras que la respiración aerobia es como una gengi dama.

Bueno, siempre recibo murmullos de admiración y asombro,  por parte de mis alumnos que se dan cuenta que la maestra también ve televisión

Y es que con eso les explico la energía que sale de las células cuando realizan ese tipo de respiración :) 

Mi Universo

La palabra de esta semana trajo a mi mente la letra de una canción, que como común denominador, es el deseo de todo cristiano, buscar cada día más y más de Cristo.

Así que dejo que sea Jesús Adrián Romero, quien cante lo que mi corazón le dice a Dios cada día.

lunes, 9 de febrero de 2015

De cuando desapareció el mundo

Cuando recibí la noticia de la muerte de mi padre, el universo entero se comprimió en mi pecho. No había nada más que esa opresión curiosa, que se negaba a desatarme. No lloré en mucho tiempo. Aunque si reviso ahora creo que ese “mucho tiempo” apenas fueron unos minutos, hasta que logré hablar con mi madre. Entonces, toda la opresión se deshizo en llanto. Al irse la opresión quedó el vacío, ¡y qué vacío! No quedaba nada en el mundo que me animara a levantarme cada mañana. ¿Salir de debajo del edredón? ¿Para qué? 
Poco a poco salí, medio a empujones pero salí, y el mundo se fue recuperando. Nunca del todo, pero volvió a tener colores. 

domingo, 8 de febrero de 2015

Ocurrio en el oriente ecuatoriano

En una ocasion anterior les comente que a mi familia y a mi nos encanta viajar y que uno de los destinos escogidos fue la ciudad de Banos de Ambato, muy cerca del oriente ecuatoriano. Como se trataba de unas vacaciones de aventura, tomamos un tour que nos llevo a recorrer parte de la selva ecuatoriana, apenas a la entrada de la misma, pero lo suficientemente representativa como para tener una pequena muestra de la riqueza y diversidad de la fauna y flora de nuestro pais.

Fue un paseo diferente y sumamente divertido. Primero visitamos una hacienda que rescataba monos en cautiverio y los acostumbraba a vivir en libertad. Era impactante caminar por los terrenos del lugar y tener monos alrededor todo el tiempo, uno de ellos incluso se subio a la espalda de Daniela!, lastima que en este momento no tenga a la mano la foto del recuerdo, pero prometo subirla pronto.

Ahora si subida la foto correspondiente


Tambien tuvimos la oportunidad de navegar por el rio Napo en un pequeno bote de remos y luego llegar en un vehiculo hasta un mirador desde donde se apreciaba la belleza de dicho rio. Una vista realmente espectacular.

En ese mirador se encontraban en exhibicion, en una especie de jaula cubierta solo por una malla metalica, dos boas de tamano mediano, y cuando digo mediano tengo que aclarar que eran realmente enormes, solo que eran medianas para el tamano que suelen alcanzar. Una de ellas estaba mudando su piel y a mi me llamo la atencion la textura que se podia apreciar de aquella piel desprendida, algo rugosa y fragil, por lo que me atrevi a extender mi mano para tocar dicha piel, que estaba junto a la malla. 

Pero al parecer, la duena de la piel no estaba tan a gusto de tener a una visitante atrevida y tan cercana, por lo que, empezo a recogerse hacia atras, y a la velocidad del rayo se abalanzo hacia donde yo estaba, con la boca muy abierta y dispuesta a morderme. Por suerte estaba la malla metalica que impidio que pudiera cumplir con su cometido, pero fue tal la fuerza del ataque, que la serpiente quedo enganchada de sus colmillos en la malla y el guia tuvo que ayudarla, con una ramita, a desprenderse de alli.

Yo me di el susto del anio en aquella ocasion, ademas de que me lleve el reproche del guia de que no debia molestar a los animales y mucho menos tratar de tocarlos.

Asi que de ahora en adelante, cada vez que veo a un reptil prefiero mantener mis distancias,  creo que si ocurre un ataque asi nuevamente, la segunda vez ya no tendre oportunidad de contarlo 

PD. Por favor disculpen el que no haya colocado tildes en todo el escrito, es que estoy en un teclado con una configuracion diferente y no encuentro la tilde por ningun lado, y no puedo detenerme mucho a buscarla pues me cobran 3 dolares los 15 minutos de internet, asi que de voladas ya me voy y los dejo. Bye, bye.

sábado, 7 de febrero de 2015

texturas que nos invitan a viajar en el tiempo

Esta semana escribo mi entrada desde la maravillosa ciudad de Oaxaca, México, hasta donde mis vacaciones me han traído.
Y justamente hoy estuve en un lugar llamado Mitla (de Mitlan) o lugar de los muertos.  Este lugar parece ser la descripción física de la palabra textura.


He tenido la buena fortuna de visitar muchos sitios arqueológicos prehispánicos en mi vida. La mayoría de ustedes me conoce y sabe de mi gusto por la historia y la arqueología de nuestro continente. Pero nunca antes algo me había impactado tanto como las paredes cubiertas de grecas perfectas de este colosal lugar.
Pero si hablamos de texturas en su sentido más amplio, hoy vi un arbol de 2000 años de edad, una iglesia llena e flores y globos, los mas hermosos tapices hechos en telar por las manos hábiles de nuestras mujeres.

viernes, 6 de febrero de 2015

FLORES DE SUAVE TEXTURA

Me fue un poco difícil, encontrar una aventura que tuviera relación con la palabra Textura, pero buscando información en Google, me encuentro con un detalle que se me escapaba, que la textura de una superficie se puede apreciar o por el tacto o la vista, y comprendí que a ciertos objetos con solo una mirada, podemos saber que textura tienen y que existe la textura natural y la artificial que es obtenida de la mano del hombre, como la de la seda, del mármol pulido, etc.
Pero como este no es el objetivo de ese blog, debo contarles una aventura o mejor un recuerdo de los muchos que guardo de mi infancia.
Mi Madre, que era una apasionada jardinera, tenía la virtud, por así llamarla,  que toda planta que sembraba se le reproducía inmediatamente, hasta una hoja colocada  bajo tierra, se convertía por arte de magia en una bella planta.
Vivíamos en una casa antigua, mas larga que ancha, cuya entrada consistía en un pasillo angosto llamado zaguán,  tenía una puerta a un lado que conducía al recibo y otra al frente, que lo hacía hacia al interior de la casa, al pasar esta puerta nos encontrábamos en un patio rodeado de corredores que daba a las habitaciones y en el centro de ese patio un  jardín de toda clase de flores, rosas, dalias, claveles, calas, azucenas y violetas, entre ellas una especie llamada pensamiento y popularmente la tímida Violeta, pués se escondía entre las hojas de otras plantas y otra Violeta Africana, de hojas carnosas, difícil de cultivar  y de una textura suave y aterciopelada, era mi planta favorita, me gustaba tener sus hojas en mis manos, cosa difícil pues por ser tan delicada, estaba prohibido tocarla, aunque yo me las ingeniaba para robarme una, cuando mi madre se descuidaba, acción que me trajo muchos castigos, pero me era imposible no tocar sus hojas de tan suave textura.


El zaguán dependía de la categoría de la casa, unos verdaderas joyas arquitectónicas, otros mas humilde.



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Les envío fotos de Violetas silvestres y la violeta africana de suave textura, además dos tipos de Zaguán, uno lujoso y el otro  mas corriente y el que se parece mas al de mi casa.

Mi gusto por los sapos

Me ha costado encontrar una anécdota que tenga que ver con la palabra textura, no soy dada a las artes manuales, lo más que he hecho en mi vida han sido suéteres con tricot y crochet, pero de ahí no he pasado.



Pensé en los alimentos y encontré que la única textura que me encanta es la de la gelatina y todos sus derivados, especialmente estos dulces, que cuando llegan a caer en mis manos, no duran ni cinco minutos, así sea una bolsa muy grande.


                                                                                          Gomitas                                                             

Pero lo que más se me hizo adecuado para compartir, es mi gusto por los sapos, si, leyeron bien, los sapos. Resulta que cuando era pequeña, mi abuelito padecía de una enfermedad llamada Erisipela en una de sus piernas, como al buen señor no le gustaba acudir al médico, su refrán favorito era "solo vino, solo se tiene que ir", esa pierna se le ponía muy roja y al parecer le dolía y le causaba picazón, no recuerdo bien porque yo entonces andaba alrededor de los seis años.

Entonces alguien le dijo que los sapos eran buenos para eso, así que nos mandaban a "cazarlos", salíamos en las noches a buscar entre las piedras, entre matorrales y los poníamos en una bolsa, los llevábamos y le pasaban la panza por la pierna hasta que ésta se les ponía roja, así se iba curando mi abuelito, gracias al beneficio de los sapos.

Hace mucho tiempo que no veo uno, menos los he tocado, pero desde esa vez me encanta la rugosidad de su piel.

jueves, 5 de febrero de 2015

MIS HUELLAS

Tengo entendido que las huellas digitales sirven entre otras cosas, para sentir las texturas de los objetos que tocamos.

Hace algunos años se me extravió mi cédula de identidad; en esa época era una hazaña poder adquirir otra, por el nivel de corrupción que existía en el antiguo Registro Civil del Ecuador, de ahí que pasé por muchos contratiempos al no tenerla ya que  no podía realizar algunos trámites.

Recuerdo que al sitio donde vivía en ese entonces (Salinas), llegó una brigada de cedulación, el padre de mis hijos se enteró y me avisó para  obtener una nueva, muy presta me fui a la escuela donde estaban ubicados; cuando ya me habían tomado mis datos y la consiguiente fotografía, faltaba tan solo poner mis huellas en una tarjeta índice y qué creen, no salían las huellas  correspondientes a tres dedos, volvieron a tomarlas y nada, luego llamaron a un señor para que vea mis dedos e indique los números de los tres dedos, en fin que logré obtener mi cédula.

Luego, cuando tuve que renovarla, en esta ocasión acudí al Registro Civil de Guayaquil, nuevamente me tomaron las huellas digitales y se dieron cuenta que uno de los números no coincidían con la cédula anterior anterior, expliqué la razón y  se corrigió el pequeño problema.

Hace unos 4 años en que deposité una fuerte cantidad de dinero en el Banco, me dijeron que ponga mi dedo pulgar derecho en  un aparato para tomar mi huella y oh sorpresa,  no salía, me dieron un pañito húmedo para que me limpie el dedo y  nada, entonces recordé lo que me sucedió con mi cédula, al final tuve que firmar unos papeles porque no fue posible la impresión dactilar.

Hace más de un año en que me acerqué al Consulado Norteamericano para sacar visa para viajar a Estados Unidos, me preocupaba  que no salga la huella de mi dedo pulgar y que este sea un motivo para que no me visen, gracias a Dios que de primera apareció mi huella y todo fue bien.

Tengo la duda, si los aparatos anteriores  no servían o como digo,  mis huellas están "gastadas", ja ja.

Como corolario, mientras trabajaba como parvularia, es grata la sensación de sentir las diversas texturas que se adquieren al realizar actividades grafoplásticas, ya se imaginarán al observar las caras de alegría y sorpresa que ponen los pequeños.

lunes, 2 de febrero de 2015

Mi vestido verde

No les miento si les digo que debo haber estado entre las niñas que más regalos recibió en su infancia. Mi padre sobre todo me malacostumbró en este sentido. Él trabajaba en ese entonces en una fábrica de tabacos en plena zona comercial de Centro Habana,  y cada tarde en el camino entre la fábrica y la parada del autobús que tomaba para regresar a casa, pasaba por muchas tiendas que aún estaban abiertas. Todos los días, pues, me traía algo. Casi siempre era un libro, una revista o algo para leer, y con frecuencia también juguetes, ropa o lo que encontrara de nuevo por ahí. 

Hay uno de estos regalos que aún relumbra con luz propia entre tantos otros cuando vuelvo la vista atrás. Era un vestido para estar en casa, sencillito, no más con unos tirantes y un encaje en el borde del escote, pero tenía dos características que lo hacían especial a mis ojos. Lo primero era el color: un verde claro y brillante, de una alegre tonalidad que incluye mucho amarillo y que mi madre llamaba “verde chatré”. Lo segundo, y lo más memorable que le encontré al vestido, fue la textura. La tela era satinada, de ese tipo tan ligero que al intentar sostenerla parece que se escapara de las manos. De más está decir que no tardé ni medio minuto en ponérmelo, y que este pasó a ser mi vestido favorito durante mucho tiempo.

Sin embargo, hay algo más que recuerdo de aquel día en que llegó mi vestido verde. Al ponérmelo y después de mirarme varias veces en el espejo, por supuesto, fui directo a sentarme en mi escritorio, tomé un cuaderno nuevo y comencé a escribir lo que luego llamé “mi primera novela”. Sentía que había encontrado el vestido ideal para hacer lo que quería ser en la vida. Tenía yo entonces unos siete años, no más. 

Aquel vestido vino a ponerlo todo en su justo lugar y puedo decir que fue definitorio en más de un sentido para mí. Mi color preferido, por supuesto, es el verde de esa tonalidad alegre y brillante que siempre me hace sonreír. Mi tela favorita es la seda, en esa variante satinada que resbala sobre la piel, que te da cierto aire de reina y, al mismo tiempo, se siente como si no tuvieras puesto nada encima. Mi ocupación favorita sigue siendo escribir.