jueves, 30 de octubre de 2014

MÚSICA ECUATORIANA

Como comenté en el Blog anterior, me hubiese gustado aprender a tocar guitarra, entusiasmo que me lo quitó el profesor de música de mi colegio, de ahí que siempre que escucho tocar una guitarra, lo hago con mucha atención, me fascina los sonidos que emite.

Debo indicar que lamentablemente no me agrada la música nacional, pues la mayoría de ellas son muy tristes, corta venas e invitan a sentarse a tomar para olvidar las penas, y a mi me encanta todo lo positivo; sin embargo existió un cuarteto que luego quedó en trío llamado "los Brillantes" conformado por la argentina Héctor Jaramillo, Homero Hidrovo y la argentina (nacionalizada ecuatoriana) Olga Gutierrez, ellos recorrieron toda América y algunos países de Europa en la década de los 60 - 70, dando a conocer la música ecuatoriana, aunque también entonaban boleros y valses; cantaban tan bien, que me embelesaba escuchándolos.

Lamentablemente el grupo se disolvió cuando aún eran famosos debido a que la relación amorosa de dos de sus integrantes (Olga y Héctor) finalizó por la presencia de un tercero  en la relación, privando a Ecuador de continuar escuchándolos.

Cada uno tomó su camino, pero ya no era lo mismo.


GUITARRA, CON CUERPO DE MUJER.

 No se si el título sería mas apropiado Mujer con cuerpo de guitarra.

Buscando un  recuerdo  relacionado con la Guitarra, tengo que confesar que nunca me he atrevido a tratar de tocar una guitarra, ya que si estoy consciente que no tengo habilidades para el canto, menos para tocar un instrumento, aunque eso no ha sido inconveniente para poder deleitarme con el sonido tan suave y dulce de una guitarra,  en mi juventud el Concierto de Aranjuez, fue como un  himno  que oía casi a toda hora., luego nuestro querido compatriota Alirio Díaz, alumno del gran guitarrista Andrés Segovia, nos ha deleitado siempre con sus conciertos.

Recuerdo si, que en mi juventud, se decía de una mujer de cuerpo  exuberante, con caderas anchas y cintura muy fina, que tenía cuerpo de guitarra, era el tipo de mujer que gustaba, hasta que llegó la época de las Reinas de Belleza que cambió por completo la forma de ver a la mujer bella.
De aquí surgieron  canciones y poemas dedicados a la mujer, una canción que fue muy criticada en esa época por considerarla atrevida es la que aquí publico.

Me quema me lleva esa negra
contigo negrita linda
el cuerpo de esa muchacha tiene forma de guitarra
voy a quitarle el estuche para empezar a tocarla
voy a quitarle el estuche para empezar a tocarla,
la mujer que tiene el cuerpo como instrumento sonoro
con solo verla una vez alli mismo me enamoro
con solo verla una vez alli mismo me enamoro

dejame tocar una cancion de amor dejame
tocar tu suave diapason
dejame mami
dejame tocar una cancion de amor dejame
tocar tu suave diapason
me quema me lleva esa negra

se me hace que esa guitarra debe sonar bien bonita
yo la empezare a tocar en un tono bajitico
yo la empezare a tocar en un tono bajitico,
no se si sera guitarra o tal vez sera un violonchelo
como sonara mejor si no trato no me entero como sonara
mejor si no trato no me entero
me quita y me lleva
me esta llevando esa negra


el cuerpo de esa muchacha tiene forma de guitarra
quiero quitarle el estuche ahoritita mismo negra
mira para empezar a tocarla
(dejame tocar un cancion de amor dejame tocar tu suave diapason)
 

caminando despacito la lleve para el rincon
nos pusimos a ver un lindo rato negrita
y despues quedamos los dos solits bailando este rico son
(dejame tocar un cancion de amor dejame tocar tu suave diapason)
dejae dejam dejame sentir tu cuerpo
y cantarte mi cancion y decirte en el oido
mamita linda mira esta noche contigo me quiero perder yo

(dejame tocar un cancion de amor dejame tocar tu suave diapason)
(dejame tocar un cancion de amor dejame tocar tu suave diapason)
la mujer que tiene el cuerpo como instrumento
sonoro con solo verla una vez de ti mamita linda y rica me enamoro
 
porque el cuerpo que tu tienes mamita linda acelera mi corazon
(dejame tocar un cancion de amor dejame tocar tu suave diapason)
me esta quemando me esta llevando esa negra ......
Fuente: musica.com
Letra añadida por chimbote

Gabino Pampini


             

Todo sea por la música

A causa de la guitarra, casi maté a mi madre de un disgusto.

Mi madre es una señora muy fina, muy elegante y muy devota, quien a fuerza de chancletazos me hizo hacer dos años de catecismo para tomar la comunión, luego el catecismo de perseverancia y finalmente otra vez sopa, más catecismo para tomar la confirmación.  

Y en eso estaba (en el de la confirmación) cuando la catequista le preguntó a mi madre si yo estaba enferma o qué sucedía que hacía varios encuentros en los que no estaba presente.  Mi
madre, muy astuta ella, vino a casa y me preguntó como estaba todo por la parroquia y qué tal el catecismo.  Yo, infeliz de mi, le dije que todo muy bien y hasta le dí detalles de las tareas que nos habían asignado.  Sin embargo, aún sabiendo que yo estaba mintiendo, mi mamá decidió no contradecirme.  La siguiente vez que me tocaba ir, simplemente me siguió.  Y a dónde me vio entrar? A una iglesia cristiana que estaba a mitad de camino.  Hoy ella lo cuenta y dice: "casi me dio un soponcio.." (a mi madre le encanta la palabra soponcio y también amenazar con tener uno, creo que tiene algún gen de idishe mame)...ni qué decir que entró sofocada de la rabia y me sacó de ahí de una oreja...imagínense la señorona católica apóstolica romana teniendo que ir a rescatar a su hija de las garras de...ni sé qué religión eran...en fin...

Si, ya sé..qué tiene que ver esto con la guitarra...acá viene.

En mi defensa voy a decir que yo tendría unos 15 años y que era de suma urgencia aprender a tocar en la guitarra la canción de Deep Purple "Smoke on the water".  Por qué? No sé.  Todos mis amigos sabían hacerlo. Estaría de moda, no tengo idea (o no guardé el recuerdo) de la razón.  La cosa era que me urgía aprender eso.  En casa me dijeron que no había dinero para comprar una guitarra que seguramente dejaría de interesarme a las 3 semanas como había sucedido con los patines para hielo, la ropa de judo y el palo de hockey... y tampoco iba mi madre a gastar dinero en un profesor de guitarra, porque ya me pagaba un profesor de piano que venía a padecerme tres veces por semana.

Un día, iba rumbo a catecismo y en la puerta de la iglesia cristiana había un cartel que decía que daban lecciones gratuitas de guitarra y si no tenías, te prestaban el instrumento!!!  Acaso estaba para pensarlo dos veces???  Y en esas clases me había pasado las últimas tres tardes.

Al final, volví a la confirmación.  Tuve que dejar a la fuerza mi promisoria carrera como concertista de guitarra y sólo llegué a aprender las doce primeras notas de la canción.  Eso si, todavía las recuerdo, así que evidentemente el profesor era muy bueno!








miércoles, 29 de octubre de 2014

Nostalgia

Una de las etapas más bonitas que he tenido, es la del bachillerato.





En el bachillerato tuve la oportunidad de convivir con jóvenes muy sanos, muy divertidos, con quienes aprendí a bailar, estudié, reí, jugué, paseé...



En la escuela donde estaba, si algún maestro no iba a clases te sacaban del salón.



Entonces, en esos momentos o en cualquiera que tuviésemos libre, nos íbamos a las canchas.





Ahí los chicos y chicas jugaban básquetbol o fútbol americano. Pero también nos poníamos a cantar.





Había dos compañeros en especial que tocaban la guitarra, no les importaba que los demás no supiésemos cantar, ellos tocaban y todos cantábamos, realmente la pasábamos lindo.





Y una de esas canciones era precisamente, la canción de Mocedades "Quien te cantará"





Para quienes no la conozcan o quieran recordarla, aquí está y con la letra.





Y cada vez que la oigo, no puedo evitar recordar con nostalgia a esos jóvenes de 15 años y a esa época maravillosa.























Y se vienen los recuerdos

Mi primer encuentro con la Guitarra se dio en mis primeros años de vida, no sé decir si 3, 4 o 5 pero por ahí andaba.
Mi papá era un médico y cirujano muy prestigioso, la gente confiaba mucho en el porque tenía un ojo  clínico, jajaja, quiero decir que diagnosticaba sin necesidad de costosos exámenes ni pruebas molestas, pero bueno, no es de la carrera de mi padre que quiero hablar, sino de mostrar las dos facetas que tenía.
Cuando él no estaba en el Hospital o su consultorio, seguramente andaba en algún bar bohemio cantando con sus amigos de farra.  Supongo que cuando se daba cuenta de la hora y/o que mi mamá estaría enojada, se llevaba a uno de sus amigos que tocaba la guitarra y le llevaba serenata.
Uno de estos amigos era Danilo Rivera, a quien llegué a admirar mucho, por el talento que tenía.
Creo que mi mamá no disfrutaba tanto de esas serenatas como lo hacía yo, me extasiaba viendo cómo salían esos acordes de unas cuerdas que dedos prodigiosos tocaban. Nunca olvidaré esas noches, o quizás madrugadas, cuando mi papá quería halagar a mi madre.
Pongo una muestra de esa música, y escogí especialmente este tema, Lágrimas de Telma, porque ese es el nombre de mi mamá, y seguramente éste no faltaría en aquellas serenatas.

(me daba muchas opciones este tema, así que decidí ponerlo como enlace)

Con el correr de los años, el gusto por la guitarra acrecentó, no puedo dejar de escucharla, me encantan los Tríos, Carlos Santana, Paco de Lucía, en fin donde haya una guitarra me quedo estancada.  Lo malo fue que nunca pude aprender a tocarla, lo intenté, pero pensé que mis manos eran muy pequeñas y los dedos cortos, pero la verdad es que no se me daba, no tengo talento para la música, más que para escucharla y disfrutarla.

Un Apéndice Llamado Guitarra

Colaboración de Releante

Hola a todos. Vaya vaya vaya. Os prometo que lo intenté, que lo intenté de verdad. Además en varias ocasiones y en distintas etapas de mi vida, más niño, más adolescente, joven, adulto inmaduro, adulto inmaduro que se cree maduro y nada más, puesto que en mi paternidad inmadura, lo he dejado por imposible. Lo intenté con profesores profesionales, profesores no profesionales, uno que pasaba por allí, un amigo que casi deja de serlo, cursos por correspondencia, o por inspiración propia del artista... pero nada... nada de nada. Parece ser, que mis dedos en formas de lorzas no permiten la perfecta adaptación de los apéndices dediles a los trastes del mástil, impidiendo que las notas suenen medianamente armónicas, provocando un solapamiento de las mismas, con un resultado final de estridencia crónica,  con carencia absoluta de armoniosidad y musicalidad. 

Si amigos, pero esto no impedía que cada vez que lo intentaba, mi imaginación se lanazase al mundo del espectáculo y me situaba ahí arriba, en el escenario, con mi guitarra, en un concierto acústico, donde las masas coreasen cada una de mis notas, yo, el público y un apéndice nuevo de mi cuerpo, llamado guitarra, nadie sabría donde termina el hombre y comienza el instrumento, nadie, porque seríamos uno solo.... pero claro, esto solo ocurre en mi cabeza.

La verdad, es que lo de los dedos era la excusa que me ponía todo el mundo, por ser delicados, digo yo, pero en realidad, yo se la verdad, y como no, ¿quien me puso los pies en el suelo?, mi mujer. Mi incapacidad absoluta para el mundo del baile, mi don de gallítono en el arte del bel canto era claros indicios para volver a este imaginativo hombre,  al mundo real. Mi sentido del ritmo, es nulo, así de claro lo digo, cuando comienzo a cantar, provoco la migración de cientos de aves, incluidas las que no saben volar, en mi pueblo conocido soy, por provocar bandadas de gallinas escapando a lugares más fríos, con tal de no escuchar mi grácil voz. Esto con el canto, en cuanto al baile, mejor no comentar, hablan por si solos los pies de mi mujer, que cada vez que echamos una pieza, tiene que ponerse zapatos tres números más debido a los hinchazones. Así que es lo que hay, mi incapacidad musical, mi falta de ritmo, mi ausencia de afinación y de oído para el arte, ha provocado que aparte mis ansias de tocar y dedicarme al placer de escuchar. 

Por que si amigos, estoy enamorado de la guitarra, me encanta el sonido de una buena guitarra en manos de un buen guitarrista. Pero yo me enamoré  de la guitarra gracias al heavy metal, al sonido potentes de las guitarras eléctricas, a sus finísimos punteos, me encanta. Después me seguí enamorando de las otras artes de la guitarra, guitarra española, pero para mi, sentarme en mi butacón, con un poco de Striani, es como ir al séptimo cielo, y quien sabe, a lo mejor, algún día, vosotros, en vuestros sillones, os relajéis escuchando un gran tema de Releante guitar band.... creo que mi cabeza empieza a volar de nuevo, así que será mejor que os deje, por lo menos hasta el siguiente escrito, o quien sabe, el siguiente concierto. 

Un abrazo.


_____________________________________________

Hola, soy Releante, y además de estar súperagradecido e ilusionado por estar aquí con vosotros, estoy también asustado. Soy un sencillo hombre de una pequeña ciudad de España, La Coruña. Marido, casado y felizmente casado, soy padre de dos hijos, niña y niño. No soy ni un gran literato ni un gran lector, debido al poco tiempo que tengo, y a lo bastante perezoso que soy, me cuesta echarle la mano a buen libro, por miedo a no poder acabarlo, pero trataré de corregirme. Espero amenizaros y que os gusten mis intentos de relato y también estar a la altura de vuestros escritos. Muchas gracias por acogerme y también deseo que disfrutemos juntos. Un abrazo.

Mi blog personal: El sillón de papá

lunes, 27 de octubre de 2014

Todo depende del punto de comparación

Esta semana me ha tocado la palabra ideal, no me puedo quejar. Justo ahora estoy disfrutando del Festival de la Guitarra de Sevilla, organizado por unos buenos amigos en esta ciudad que, debo decirlo, me ha conquistado. Es la segunda vez que participamos en este evento, la primera fue hace un año.  

Cuando llegamos a Sevilla el pasado octubre, el Festival ya había empezado hacía unos días. Como parte de sus actividades cada noche ofrecían conciertos principalmente de guitarra clásica en la sala Joaquín Turina del Teatro Cajasol, en pleno centro histórico de la ciudad. Había que ver el entusiasmo con que nos contaban el magnífico concierto de la noche anterior, con dos guitarristas italianos que a juzgar por la impresión que dejaron en su público eran más o menos la octava maravilla del mundo. Y ya estábamos comenzando a lamentar no haber llegado un día antes cuando uno de nuestros amigos nos tranquilizó: en pocas horas tendría lugar la presentación de un grupito flamenco que no nos desilusionaría.  

Esa noche, pues, éramos todo alegría y puntualidad. ¡Tantos años en España y nunca habíamos visto un espectáculo de flamenco en vivo! La calle frente al teatro estaba que no cabía un alpiste más... Un “ellos son del Festival” dicho a tiempo nos abrió las puertas de la sala aún vacía. Escogimos nuestros asientos y nos dispusimos a esperar que se levantara el telón.

¿Cómo describirles lo que presenciamos entonces? El “grupito” de flamenco resultó ser no cualquiera sino uno de los mejores de la escena actual. En la guitarra estaba Gerardo Núñez, considerado por su virtuosismo al nivel del mismísimo Paco de Lucía. Claro que nosotros no lo sabíamos pero eso no fue impedimento para disfrutar a fondo de su presentación y la de su grupo. Para unos no iniciados como nosotros, que no teníamos punto de comparación previo, la fuerza y belleza de aquel espectáculo se nos hizo excepcional. 

Unos meses después, invitados por un amigo japonés fuimos al Palau de la Música Catalana a ver actuar otro grupo de flamenco que anunciaban como la cima de este género. Eran todos mucho más jóvenes que aquellos, y por consiguiente su presentación tenía mucha más energía. ¡Ah, pero ya estos legos no lo éramos tanto! Después de haber visto a los mejores, esta vez pudimos darnos cuenta de que estábamos en presencia de una energía en la que había más técnica que alma, y un virtuosismo apurado, exuberante y hasta un tanto “sucio”, como el que no presta atención a los errores...

No quiero decir una cosa por otra. En realidad estos jóvenes eran buenos, muy buenos, y el espectáculo fue completamente disfrutable, pero aquella noche en el Festival el listón había quedado muy alto.

___________________________________
Fui a buscarles algún vídeo de Gerardo Núñez tocando unas bulerías o unas sevillanas que he visto en otra ocasión en youtube, pero me encontré con este en que los de Festival ponen un resumen de su actuación aquel día que les cuento. Aquí también aparece su esposa, Carmen, bailando:

domingo, 26 de octubre de 2014

El libro que nunca leí

Desde que tengo conciencia recuerdo libros a mi alrededor. Mi papá y mi mamá eran grandes lectores y si en algo les gustaba invertir su dinero era en material de lectura. Tenían colecciones de novelas publicadas por Salvat, revistas de todo tipo, las indispensables Selecciones del Reader´s Digest, libros de distintas editoriales... libros, libros y más libros.

Luego, cuando hice mi aparición en el hogar algo de esa inversión de dinero se desvió hacia mí. Empezaron a comprarme libros de cuentos y revistas de comiquitas, y recuerdo claramente a mi mamá leyendo para mí frecuentemente, hasta que aprendí a leer y entonces lo hacía por cuenta propia.

Pronto mis padres se dieron cuenta de que más que un juguete, regalarme un libro era apuesta segura, así que empezaron a darme obsequios de navidad tan variados como: Cuentos de Oscar Wilde, El Quijote de la Mancha (para niños), Canción de Navidad y otros títulos por el estilo que yo devoraba y que hasta ahora conservo.

Sin embargo, hubo un libro que nunca leí...

Dentro de los libros que me regalaron hubo un par que llamó muchísimo mi atención, eran dos libros de cuentos y fábulas, pero con la particularidad de que eran historias completamente nuevas para mí, nada de cenicientas ni bellas durmientes, sino títulos tan interesantes como Los dos niños de piedra, el burrito que quería ser ladrón y otros por el estilo. Ambos libros venían en su propia envoltura, así que mientras leía ávidamente el primero, me imaginaba qué historias increíbles me aguardaban en el siguiente, hasta que ocurrió lo que ocurrió.

Un día de aquellos mi mamá tuvo un compromiso social de última hora y tenía que llevar un presente para un niño. Ante la premura de la situación, no encontró mejor salida que llevar uno de los libros de cuentos y fábulas que me había regalado, el segundo, ese que aún se encontraba en su envoltura esperando por mí. Me prometió que luego me lo volvería a comprar y salió a cumplir con su compromiso, donde todo le fue muy bien.

La mala noticia es que nunca volvimos a encontrar el libro en cuestión. Lo buscamos en un par de librerías, pero al parecer los dos ejemplares que llevamos aquella vez eran únicos y no los habían repuesto, me quedé con la pica de saber qué cuentos, fábulas e historias maravillosas me perdí con el libro que se fué.

Moraleja: Cuando te den un regalo que te guste mucho, mucho, mucho, ábrelo y úsalo en seguida, no sea que aparezca tu mamá y lo regale a un tercero.

Nota: Esta historia intentó ser censurada por una de sus protagonistas, por suerte no lo logró jajajajajaja.

La verdad es que la historia de ese libro nos ha seguido desde mi niñez hasta ahora, cada vez que veo el libro que si leí (y que ahora leen mis hijas) o que quiero hacerle una broma a mi mami se lo menciono y nos morimos de la risa. Es más, cuando le dije que la entrada que iba a publicar era sobre un libro supo de inmediato de qué iría la historia jajajajajaja.

Mi vida es una fábula


Otra vez domingo y yo con el pescado sin vender...o lo que es lo mismo, sin haber escrito mi entrada de la semana.

Parecía una palabra tan fácil!  Era tan tan fácil que no hacía falta pensarla con tiempo...al mejor estilo Scarlett O'Hara, la fui dejando para mañana. Y así llegamos a hoy.

Asi que me levanté temprano, sintiéndome algo culpable y me obligué a sentarme a pensar en las fábulas... Y llegué a una conclusión: 

No me gustan las fábulas... desconfío de los consejos que pueda dar una cigüeña parlante.  Aunque supongo que tienen su utilidad, es decir, rebelde fui siempre.  Cuando niña era más probable que hiciera caso del consejo si me lo decía un zorro o una tortuga que si me lo decía mi santa madre o la señorita Carmen en la escuela.  En fin, los siento, querida fábula: no sos vos, soy yo...

Pero no tengo que dispersarme, maldito desorden de atención dispersa..vade retro! Estábamos con las fábulas. A ver, fábulas en mi vida...muchas! demasiadas!!! Las que me leía mi papá cuando niñita.  Lo de siempre: Esopo, Samaniego, Lafontaine...

Las que leí de adolescente como las que se incluían en los libros de Ling Yu Tang, Bach o Exupèry.

O las que se intentan colar en los insufribles El caballero de la armadura oxidada o Quién se ha llevado mi queso? ni hablar de mi amigo personal el brazuca cuyo apellido significa conejo.  

Además,  traten de entenderme! no solo en los libros me persiguen...ya no enciendo la radio por miedo al filósofo guatemalteco rey de las fábulas y las metáforas.

A veces parece que en todas partes hay alguien queriendo dejarme una moraleja.  Me dije a mi misma (hablo mucho conmigo) mejor dejo los libros por un rato y me voy al cine... y me fui a ver una de Disney.  Esperá...analizo..animales que hablan, roperos, candelabros y teteras que hablan...malos que pierden, buenos que triunfan y principes azules que no destiñen...noooooo 

Huyo de la sala y me voy a despejar la cabeza tomando un café..."Mozo, un cortado  y una media luna, por favor" (traducido al español sería: un cafe..3/4 de cafe y el resto de leche con un croissant).  Tomo un sobresito de azúcar para mi café, de un lado del sobre la marca, del otro una frase: "Lo que sobra no reemplaza lo que falta"...será posible que hasta un café en esta ciudad tenga que tener una moraleja?  (credito de la foto: http://www.infotechnology.com/)

Vuelvo a casa recalculando como la gallega que le pone voz a mi GPS.  Y llego a una muy obvia conclusión: la vida es una fábula.  Me queda a mi la tarea de ser lo suficientemente hábil como para ver las enseñanzas y luego aprender o no de las moralejas que me presenta ante cada decisión que tomo.   Para decirlo en la forma en que las fábulas nos tienen acostumbrados:

No dejes para el domingo la escritura
es la moraleja de mi entrada, 
porque luego, a último momento
no se te ocurre nada de nada.


sábado, 25 de octubre de 2014

De fábula va la historia

 Los primeros recuerdos que tengo de la literatura, o al menos de algo parecido, son de mi abuelo. En mi más tierna infancia solía sentarme en sus rodillas y escucharle declamar versos de su Sancti Spíritus natal de tal manera que antes de empezar la escuela ya sabía yo unas cuantas de estas poesías, por lo que en las reuniones familiares era muy común verme recitando con toda la seriedad de un adulto con apenas 3 añitos.

Cuando empecé a estudiar mi mayor empeño fue el de aprender a leer, y rápido, ya que mi madre me compraba libros que me leía en las noches. Pero yo quería adentrarme por mí misma en ese mágico mundo y cuando lo hice ya no tuve vuelta atrás. 

Por suerte contaba con una familia en la que regalar libros era lo habitual así que desde muy temprano me leía lo mismo cuentos infantiles, que algo de historia, que una novela y, por supuesto, fábulas. Después de las de Esopo  y las de la Edad de Oro las que más me gustaban eran las de los cuentos rusos. El folcklore popular ruso es riquísimo en historias en las que los animales son protagonistas de diversas anécdotas y a mi francamente me encantaban. 

Por eso en el año 2010 cuando me enteré que la Feria Internacional del Libro de La Habana era dedicada a Rusia, me saqué una entrada permanente y me fui a buscar los libros de mi infancia entre la multitud de adultos y niños que acuden a este evento. No se me olvidará la cara de mi padre cuando me vio saltar hacia un libro de cuentos populares rusos y atraparlo como si fuera el más preciado tesoro. De hecho ese libro es uno de los pocos que me ha acompañado desde Cuba hasta aquí. 

 Otro libros se fueron agregando a mi colección de historias tales como Oros Viejos o Leyendas Americanas. Aunque no todo eran libros. Recuerdo con mucho cariño un progama llamado "El narrador de cuentos" que hacía que me clavase en la silla y no me moviese hasta que se acabara el capítulo. Era impresionante como sabían llevar a la pantalla el mundo de fantasía de las fábulas, las historias, los cuentos pasados de boca en boca como tradición oral. Era con mucho mi programa favorito y años más tarde, ya adulta, cuado lo retransmitieron me pasó exactamente lo mismo: inmovilizada frente al televisor hasta que acabara.

crédito de imagen readytogo.net

Décadas más tarde no fue una sorpresa que escogiera como profesión la enseñanza del Español y, sobre todo, de la Literatura que para mí es y será (y nunca mejor dicho) un mundo FABULOSO.


"El bollito redondito" Anónimo.

Eranse que se eran un viejo y una vieja. Un día el viejo dijo a la vieja: Anda mujer, arrebaña en la masera y rebusca en la panera, a ver si puedes recoger un poquito de harina para hacer un bollito.
Tomó la vieja una raedera, arrebañó en la masera, rebuscó en la panera y recogió dos puñaditos de harina. Mezcló la harina con la nata de leche y amasó un bollito redondito, lo doró en manteca calentita y lo puso a enfriar en la ventana.
El bollito se estuvo allí quietecito pero de pronto rodó de la ventana, cayó al banco, del banco al suelo y rodando rodando saltó el umbral, salió al zaguán, del zaguán al porche y del porche al corral, luego salió del corral por el portón y siguió rodando adelante adelante.
Iba el bollito rodando, rodando por el camino cuando se encontró con una liebre: Bollito, bollito, ahora mismo te como". "No me comas liebrecita y te cantaré una canción."

En la mesera me han arrebañado,
en la panera me han rebuscado,
con nata de leche me han amasado,
con manteca calentita me han dorado
y en la ventana me han enfriado.
Del abuelito me escapé,
de la abuelita me escapé,
y de ti liebre !claro que me escaparé!

Después de cantar el bollito se marchó rodando por el camino y..ojos que te vieron ir!!

Iba rodando, rodando el bollito y se encontró con un lobo: Bollito, bollito, ahora mismo te como!! "No me comas lobo gris, y te cantaré una canción".

En la mesera me han arrebañado,
en la panera me han rebuscado,
con nata de leche me han amasado,
con manteca calentita me han dorado
y en la ventana me han enfriado.
Del abuelito me escapé,
de la abuelita me escapé,
y de ti lobo !claro que me escaparé!

Se marchó rodando por el camino y ! ojos que te vieron ir!!.
Iba rodando, rodando el bollito y se encontró con un oso: Bollito, bollito, ahora mismo te como!! "!Pero qué me vas a comer patizambo!"

En la mesera me han arrebañado,
en la panera me han rebuscado,
con nata de leche me han amasado,
con manteca calentita me han dorado
y en la ventana me han enfriado.
Del abuelito me escapé,
de la abuelita me escapé,
y de ti oso !claro que me escaparé!

Y otra vez se marchó rodando por el camino.
Iba rodando, rodando el bollito y se encontró con una zorra: Buenos días bollito, qué hermoso eres!. El bollito cantó:

En la mesera me han arrebañado,
en la panera me han rebuscado,
con nata de leche me han amasado,
con manteca calentita me han dorado
y en la ventana me han enfriado.
Del abuelito me escapé,
de la abuelita me escapé,
y de ti zorrita !claro que me escaparé!

La zorra le dijo: Ay, que canción más bonita, pero yo oigo tan mal!! Bollito, bollito, salta a mi hociquito y cántamela otra vez pero más alto". El bollito saltó al hocico de la zorra y cantó su canción. "Bollito, bollito, ponte encima de mi lengüecita y cántame otra vez la canción!!" dijo la zorra y sacó la lengua. El bollito se puso de un salto en la lengua de la zorra, y ella -!ham!- se lo comió.

P.S: Este es uno de mis favoritos del libro de cuentos rusos.


Memoria Fábula


por Ivanius

Mis mayores, casi todos, contaban
historias varias que en su saber tenían:
también refranes y canciones, que empleaban
para ahuyentar el tedio de los días.
Así, escuchando de Esopo y Samaniego,
de Iriarte y Lafontaine, aprendimos,
sin sentirlo, a contemplar los animales
y a la naturaleza como hermanos.

Poco a poco fue cambiando el barullo
por las tareas, el estudio y el trabajo,
pero ¡sorpresa! allí cerca, en los libros,
estaban esas y otras voces pa' enseñarnos,
de Monterroso al Conde Lucanor, el Lazarillo o Sancho,
cuando nos tropezara la memoria
o cuando el cuerpo nos llamara a descanso.

Junto a colegas, amigos y parientes
cada quien continuó su aprendizaje;
mientras, los días se nos han vuelto años.
No diré que nos hicimos eruditos,
ni que estemos en camino de ser sabios:
lo que ignoramos aún es infinito
y está por verse qué frutos cosechamos.
Pero ¡sorpresa! en las conversaciones,
y para huirle al tedio cotidiano,
aquellos cuentos y refranes surgen
(tal parece que ahora los invocamos).

El camino es ahora un poquito más nuestro
para construirlo. ¡Sigamos trabajando!



(Una disculpa doble, por la ausencia y el atrevimiento de acudir a la poesía... pero así salió. Como muestra de los relatos (para que vean a lo que me refiero), aquí la versión del zapatero remendón como ahora la conocemos en mi familia, y una recopilación de las Fábulas de Tomás de Iriarte, para descarga gratuita, en Project Gutenberg).

"Memoria fábula", por Ivanius. Foto: Barumi Country Road, tomada de Wikimedia Commons.

viernes, 24 de octubre de 2014

EL ÁGUILA Y LA GALLINA

Allá por los años 70, el padre de mis hijos, me enseñó los conocimientos más básicos de cómo se maneja un carro; como me encantan los retos, siempre que podía tomaba el carro y salía a practicar, aprovechando que en esa época en el balneario donde vivíamos no existía mucho tráfico, salvo los meses de vacaciones, así fui practicando y por consiguiente tener más habilidad en conducir, por circunstancias de la vida nos quedamos sin carro y ahí quedó lo aprendido.

Luego de unos 12 años y ya viviendo en Guayaquil, Loly compró un carro, ya que lo necesitaba por su trabajo;  nuevamente tomé el volante, nada más para andar por lugares cercanos a la casa donde no existía tanto tráfico.

Debo indicar,  que el guayaquileño en un alto porcentaje tiene como característica no respetar las leyes de tránsito, se pasan la luz roja del semáforo, el disco pare está de adorno, toman como autopista las calles, manejan embriagados, entre otras lindezas, eso significa que debemos conducir a la defensiva.

Cuando Loly cambió de carro, heredé el anterior, lo chistoso es que  como el camino a mi trabajo  tenía forzosamente  que pasar por una Avenida muy transitada, me daba mucho temor y por lo tanto prefería irme en autobus  y solo maneja para ir a sitios cercanos, eso resultaba muy extraño porque siendo una persona decidida, polifacética, arriesgada, ignoraba qué era lo que me detenía, hasta que luego de un mes más o menos me dije: "Angélica, deja de ser gallina y toma tu rol de águila" y tomé la decisión de cruzar la famosa Avenida de las Américas, iría muy despacio sin importarme los insultos que seguro recibiría. El primer día llegué a mi trabajo sudada y extenuada, luego de unos tres días me convertí en un as del volante y siempre digo: "Aprendí verdaderamente a manejar en la Av. de las Américas".

jueves, 23 de octubre de 2014

El Niño y el Buey

La palabra de esta semana me transporta a mi infancia, y en especial a casa de mi abuela paterna. Había que caminar alrededor de diez minutos para llegar a su casa y con ella a un mundo diferente. Tenía un enorme patio, que en esa época me parecía inmenso,  he vuelto a visitarlo y cuando las personas crecen sin lugar a dudas los espacios parecen ser más pequeños de lo que recordábamos.  La casa siempre estuvo adornada por flores, muchísimas de ellas acompañadas de colores, vida y naturaleza. Recuerdo que cultivaban moras y mi hermano y yo ayudábamos en época de cosecha, en mi caso se trataba de ir a comer.

Mi abuelita sabía cocinar muchas cosas deliciosas por lo que siempre había un olor especial y una comida que en pocos minutos junto a mi hermano y mi primo devorábamos.  Mi abuelita  me sentaba en las piernas y me cantaba y jugaba conmigo en las tardes, recuerdo la estrofa que ella cantaba con su voz poco armoniosa  “Los caballitos de dos en dos alzan la pata y dicen adiós”


Durante un tiempo me quedaba en la casa de mi abuelita en la tarde haciendo tareas, y para una de esas ocasiones debía aprenderme una fábula, la recuerdo porque venía acompañada de unos dibujos en color naranja, y porque me encantaba lo que decía. 

En la foto es un cumpleaños, soy el niño de camisa blanc ay tirantes negros, a mano izquierda mi hermano y mi mami, ambos de blanco, a mi derecha mi primo con saco verde. En el fondo mis abuelitos paternos.

Les adjunto un audio de la fábula, espero disculpen mi voz.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Tiempo de Fábulas

Tenía tiempo que no leía fábulas, puedo decir que fueron mis primeras lecturas, cuando estudiaba cuarto grado, la maestra nos asignó una tarde de la semana para la lectura, una de nosotras leía y  debíamos interpretar lo leído, que tratándose de fábulas debíamos encontrar la moraleja, yo nunca he podido asimilar bien lo que otro lee, debo hacerlo yo, por lo que siempre levantaba la mano para que la maestra me designara como la lectora, lo que me ayudó según mis amigos a tener aún voz de locutora, leímos además de las Fábulas de Esopo, las de Samaniego, El asno y el cochino, La gallina de los huevos de Oro,  que eran mis preferidas, ya que esas eran las que mamá conocía y me reforzaba la lectura en la noche, antes de ir a la cama, siempre agregando algo de su inspiración.

Lamentablemente parece que ese tipo de lectura pasó a la historia, todo comenzó en los años 50 con la llegada de la TV, eran lecturas que nuestros Padres utilizaban como armas para enseñarnos principios morales, las llamaban lecturas moralistas, pero al llegar la TV todo cambió, las buenas intenciones de los Padres fueron truncadas, como competir una pobre tortuga con un correcaminos, una gallina con la Mujer Maravilla, Un Asno con Superman? .

Así es que debimos cruzarnos de brazos y sentarnos ante la pantalla del Televisor,  para hacer compañía a nuestro hijos y porque no? maravillarnos ante tan importante y necesario aparato. 


Pero no todo se había perdido, un periodista, escritor, poeta  y humorista nuestro, llamado Aquiles Nazoa, se dedicó a fomentar nuestra cultura y para ello tenía un programa de radio, "Las Cosas mas Sencillas" todos los sábados a las cinco de la tarde, programa que era oído por la mayoría.
En este programa, comentaba y leía fábulas de distintos autores y de las que él era creador,

Aquí les paso una de ellas.

LA AVISPA BRAVA

La avispa aquel día, desde la mañana,
como de costumbre, bravísima andaba.
El día era hermoso, la brisa liviana; cubierta la tierra, de flores estaba
y mil pajaritos los aires cruzaban.
Pero a nuestra avispa -nuestra avispa brava-
nada le atraía, no veía nada
por ir como iba, comida de rabia.
"Adiós", le dijeron unas rosas blancas y ella ni siquiera se volvió a mirarlas
por ir abstraída, torva, ensimismada,
con la furia sorda que la devoraba.
"Buen día" le dijo, la abeja, su hermana
y ella que de furia, casi reventaba,
por toda respuesta, le echo una roncada
que a la pobre abeja, dejo anonadada.
Ciega como iba, la avispa de rabia,
repentinamente, como en una trampa,
se encontró metida, dentro de una casa.
Echando mil pestes, al verse encerrada,
en vez de ponerse, serena y con calma a buscar por donde, salir de la estancia,
¿sabéis lo que hizo? ¡Se puso más brava!
Se puso en los vidrios, a dar cabezadas,
sin ver en su furia, que a corta distancia
ventanas y puertas, abiertas estaban;
y como en la ira, que la dominaba
casi no veía, por donde volaba,
en una embestida, que dio de la rabia
cayó nuestra avispa, en un vaso de agua.
¡Un vaso pequeño, menor que una cuarta
donde hasta un mosquito, nadando se salva!
Pero nuestra avispa, nuestra avispa brava,
más brava se puso, al verse mojada,
y en vez de ocuparse, la muy insensata,
de ganar la orilla, batiendo las alas
se puso a echar pestes y a tirar picadas
y a lanzar conjuros y a emitir mentadas.
Y así, poco a poco, fue quedando exhausta
hasta que furiosa, pero emparamada,
terminó la avispa por morir ahogada.
                                                                
                                                                   Tal como la avispa, que cuenta esta fábula,
                                                                    el mundo está lleno, de personas bravas,
                                                                    que infunden respeto, por su mala cara,
                                                                   que se hacen famosas, debido a sus rabias
                                                                     y al final se ahogan, en un vaso de agua.


martes, 21 de octubre de 2014

Fábula ontológica



Cuando me estrené como docente, los directivos me asignaron, imagino que como novatada, la materia más aburrida y árida del temario, “Metodos de investigación I” para un grupo de adolescentes revoltosas de primero de bachillerato.

            Mal que bien logré sobrellevar el curso haciendo que se interesaran en saber elaborar tablas de verdad y comprendieran la importancia de los silogismos y otras linduras. Logré incluso motivar a algunas de mis alumnas en las peculiaridades del método científico. Como ésa fue la parte del curso que tuvo mejor acogida, al momento de diseñar el examen final decidí darle más peso.

            Pero al momento de querer preguntarles cómo explicarían y aplicarían el proceso de “observar-formular hipótesis-recabar datos- … etc.” me encontré en un atolladero. En esas estaba devanándome los sesos cuando en uno de esos brincos raros que da la mente recordé un viejo (y malo) chiste que circulaba en la facultad. Decidí transformarlo para que describieran cómo enfrentarían un problema en concreto recabando datos, haciéndo y contrastando hipótesis y elaborando una teoría explicativa (las respuestas, por cierto, fueron muy ingeniosas).

            Total, al momento de repartir los examenes, me concentré tanto en evitar que sacaran los “acordeones” con las respuestas o se dedicaran a copiarse, que se me olvidó el contenido del examen, por lo que me pareció muy extraño que de repente algunas empezaban a reírse o a poner cara de extrañeza. Al terminar el examen, más de una me comentó que nunca les habían hecho un examen así.

            Lo último fue que las “aplicadas”, que habían exentado el examen, me reclamaron porque ellas no tuvieron oportunidad de contestar “lo del cuentito, que, “ahora sí para no hacerles el cuento largo”, se los pongo a continuación.





Fabula del conejito:
Ésta es la historia de un conejito que, cuando llegó a la edad de cuestionarse sobre su propia identidad, preguntó a sus padres:



--Papá, mamá, y yo... ¿qué soy?

---Ah, pues es muy fácil --respondieron sus padres. --Tú eres un conejito.

--¿Un conejito? ¿Y cómo es eso?

---Como tu papá es un conejito, y tu mamá una conejita, a ti te toca ser conejito.



Satisfecho con la explicación, corrió el tiempo hasta el momento en que salió de su madriguera la primera vez. Y… ¡cuál no sería su sorpresa al ver que había otros seres distintos a él! Decidió, pues, continuar sus indagaciones: “Animalito, animalito, y tú, ¿qué cosa eres?”, iba preguntando a cuantos se encontraba.



--Animalito, animalito, y tú, ¿qué cosa eres?

---Ah, conejito, yo soy un pato.

--¿Un pato? ¿Y cómo es eso?

---Mi papá era un pato y mi mamá una pata, y por eso yo tenía que ser un pato.



Tras varias respuestas del mismo tenor, el conejito recompuso su imagen del mundo, hasta que un buen día se topó con una mula.



--Animalito, animalito, y tú, ¿qué cosa eres?

---Ah, conejito, pues yo soy una mula.

--¡Ya sé! ¡Tu papá es un mulo y tu mamá una mula!

---No, conejito. Mira: mi papá era un burro y mi mamá una yegua. Así que yo soy una mula.



Nuevamente desconcertado, prosiguió interrogando a los animalitos del bosque, y el esquema se le complicaba cada día más.



--Animalito, animalito, y tú, ¿qué cosa eres?

---Pues yo soy un perro-lobo.

--¿¿?? ¿Un perro-lobo? ¿¡Pero cómo puede ser eso posible!?

---Ah, pues como mi papá es un lobo y mi mamá una perra, yo soy un perro-lobo.



Finalmente, cuando sus investigaciones le habían permitido intregrar una noción coherente del mundo y sus devenires, un buen día coincidió con una criatura extraña, nunca vista.



--Animalito, animalito, y tú... ¿qué cosa eres?

---¿Yo? Yo soy un oso hormiguero.

--¡¡...!! ¡¡¡No inventes!!!