lunes, 16 de febrero de 2015

De lo analítico a lo trivial, o Cómo convencí a mi cerebro

A estas alturas ya deben saber que me gustan mucho los blogs. Me parecen una forma muy interesante de expresión y de intercambio. Mi primer blog, el Diario de la Pelusa, lo abrí en abril del 2006 y desde entonces he tenido varios, muchos podríamos decir, y de los más variados temas: de fotografía, de dibujo, de caligrafía, de agradecimiento, de preguntas... y de moda. Sí, por raro que parezca, he tenido hasta dos blogs dedicados a la moda, yo, la menos vanidosa de todas (?!). 

Ya sé que puede tener otras interpretaciones la palabrita, pero para mí la vanidad es sobre todo algo exterior. Es aquello que me lleva a preocuparme por mi apariencia externa en aras de no parecer un adefesio ante los demás. 

Sin embargo, soy del tipo de mujer que siempre puso por delante el mundo interior. “¿Peinarme? Sí, sí, ahora, cuando termine este capítulo...”, era el tipo de respuesta que hacía que mi madre montara en cólera y me espetara, parafraseando a una heroína cubana: “¡Muchacha, empínate!” Y es que la belleza consume un tiempo considerable, más de lo que alguna vez estuve dispuesta a sacrificar. Además, todo hay que decirlo, tampoco me hizo mucha falta. No era precisamente fea y los chicos que me interesaban me aceptaban tal cual. De haber sido de otro modo, quizás ahora estuviera contando otra historia. 

Un buen día no muy lejano, algo en mi dio un vuelco y empecé a preguntarme el porqué real de ese desinterés. Puede que haya sido por haber caído en esta sociedad donde lo exterior es casi más valioso que lo interior, o que tanta propaganda con imágenes de belleza imposible haya hecho su efecto, puede que el motivo haya sido, por el contrario, algo tan prosaico como la edad o “la juventud acumulada”, como diría un buen amigo; lo cierto es que me vi cuestionando mi concepto de femineidad. ¿Soy realmente todo lo femenina que pienso? 

Comencé entonces a visitar blogs dedicados a la moda, muchos de ellos, en un intento de entender qué había en ese mundo, erigido en símbolo de lo femenino, y que yo no acababa de captar. Siguiendo recomendaciones vacié todo mi armario y clasifiqué mi ropa, deseché todo lo viejo, lo reorganicé todo... y ahí fue cuando me decidí a abrir un blog, el primero, en el que básicamente publicaba fotos de mis combinaciones (outfits). 

Por supuesto que no duró mucho porque no tengo madera de modelo y, además, para obtener un feedback tenía que emplear horas visitando y comentando otros sitios, mientras mi mente seguía burlándose de tan trivial preocupación y rechazando la idea de perder tanto tiempo en fruslerías semejantes. Si de algo me sirvió esa experiencia fue para descubrir que 1) el vestir es también una forma de expresión creativa y 2) copiar el estilo de otras no me ayudaría a encontrar el mío. 

Crédito de imagen
Así pues, sabiendo que a la parte más analítica de mi cerebro le gusta que le respeten sus términos, le hice una propuesta que no podría negar: no se trataría de desperdiciar sus neuronas ni su precioso tiempo en pensar en mi apariencia exterior, sino de hacer un estudio de la teoría detrás de la imagen. De esa idea surgió el segundo blog, uno privado, que tampoco duró mucho pero dio mejores resultados.

Encontré que me gusta lo básico, lo simple, pero también lo que aporta cierto refinamiento al vestir sin perder por ello espontaneidad; una mezcla entre lo clásico y lo casual (muy a lo Audrey Hepburn, salvando las distancias, por supuesto). Todo esto luego ha ido desembocando en un cambio de mi gusto a la hora de comprar, más orientado a mis necesidades específicas, y una paulatina definición de mi estilo personal: ajeno a la moda, cómodo, minimalista, con notas elegantes, líneas impecables y combinación de colores sobrios y alegres. 

Haber encontrado cierta sencillez al vestir y, sobre todo, saber cómo y porqué lo hago son mi definición actual de vanidad. Lo importante sigue siendo lo de adentro.

8 comentarios:

  1. Elena me encantó el enfoque que le diste a la palabra vanidad, no como un exceso, sino como una definición de lo que eres, tanto por dentro como por fuera. ¿Por qué no se me ocurrirán temas así? siempre termino contando alguna nimiedad de mi vida.

    Lo que si me llama la atención es que hayas tenido, así sea por poco tiempo, un blog dedicado a la moda, es que ésta consume muchísimo tiempo y no te imagino probándote distintos outifits hasta encontrar el más adecuado para cada ocasión, eso sin contar que después de cierto tiempo requiere de una considerable inversión para renovar el guadarropa so pena de repetirte. De lo que si estoy segura es de que las combinaciones de color debieron ser muy buenas, pues tienes gran sensibilidad para la pintura y la percepción del color. Por tu habilidad para las artes manuales, te veo más bien con un blog dedicado a la elaboración de accesorios finos hechos a mano, ese sí sería un blog a tu altura!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo lucho para encontrar una anécdota, Loly, porque siempre tiendo a generalizar, a escribir reflexiones... Esto de contar una anécdota específica es todo un reto para mí :)
      La idea de mi blog era precisamente no invertir en ropa, sino aprender a combinar lo que ya tenía, aprender a ser creativa con lo que ya había comprado intentando no repetirme. Te digo que es muy interesante, y de pronto el guardarropas se te multiplica. Aunque siempre andaba diciendo que no tenía nada que ponerme, cuando terminé este estudio había llegado a hacer casi cincuenta combinaciones diferentes, lo que me garantizaba no repetirme en casi dos meses!!!
      Accesorios nunca he hecho, salvo un par de aretes una vez en el DF y, en la isla, unos collares y pulseras de barro que yo misma hacía. Para eso hacen falta materiales, y si quieres accesorios finos, pues hacen falta materiales costosos... Por ahora, ni soñarlo! :)

      Eliminar
  2. por acá en México hay un dicho que a la moda, lo que te acomoda. Creo que eso es lo más importante de todo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo he renunciado casi a la modda, Hilda. Más bien busco lo que me quede bien, como dices. Creo que era Wilde el que dijo algo como que la moda era algo tan horrible que tenían que cambiarla cada pocos meses, jejeje.

      Eliminar
  3. Que bien Pelusa, tu entrada nos muestra mucho más de ti, creo que eres una mujer completa ¡felicitaciones!

    Y yo me voy a aprovechar de esto porque he andado batallando con la palabra y no encuentro mucho para escribir, así que contaré mi experiencia con la vanidad, tomándola desde tu punto de vista :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Miriam! :) Ya veo que te inspiraste muy bien!

      Eliminar
  4. Elena, me gustó mucho el enfoque que haces de esta palabrita tan maltratada, me gusta ese blog, que aunque no lo haya visitado, me imagino los comentarios que podía tener, la teoría detrás de la imagen, ya que ella es casi nuestra carta de presentación.
    Cuando encontramos un estilo especial en el vestir y lo adoptamos, podemos decir que nos hemos identificado , pienso que el estilo debe ir de acuerdo a la personalidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, Ylba, estilo con personalidad. Pero qué difícil es a veces encontrarlo! No sé para otras personas, pero a mí me costó, como quien dice, sangre, sudor y lágrimas, jejeje.

      Eliminar