En uno de los tantos viajes que hemos realizado Loly, mis nietas, (en este caso solo Dani) y yo, nos aventuramos a ir a Baños de Agua Santa; ésta es una ciudad que queda ubicada a 420 km de Guayaquil; es un centro turístico de mucha importancia en el país, en todas las épocas del año se encuentran turístas que les agradan la aventura, por lo cual no solo es visitada por ecuatorianos sino que la afluencia de turistas extranjeros la supera.
Baños se encuentra ubicada en un valle con cascadas y aguas termales, al pie está el volcán Tungurahua que entró en actividad hace 15 años y que obligó a sus habitantes a evacuarla, recuerdo que solo se quedó un sacerdote viviendo en la ciudad. Desde esa época el volcán de manera intermitente entra en actividad, de tal manera que las autoridades ponen alerta desde la amarilla hasta llegar en ocasiones a la roja, sus habitantes han aprendido a sobrellevar esta situación y sin temor alguno continúan con sus actividades, espero que nunca ocurra alguna desgracia.
Les decía, que es importante que a sus visitantes les guste la aventura, porque en esta pequeña ciudad de 20.000 habitantes ofrece deportes extremos como: rafting, kayoking, canyoning, escaladas en rocas, salto de puentes, canopy, ciclismo de montañas, paseos a caballos, etc, también hay piscinas de aguas termales, baños de cajón, zoológico, entre muchas otras actividades.
La novedad del viaje, es que Loly fue manejando, con las debidas paradas a conocer la iglesia más antigua del Ecuador, otros pueblos pequeños, lagos y lagunas que íbamos encontrando en el camino, hasta que llegamos a nuestro destino, buscamos un hotel con garaje cercano al centro de la ciudad e inmediatamente fuimos a una agencia de turismo ya que es necesario ir con un guía a ciertos sitios, vale decir que por el temor a las alturas que me ha producido el paso de los años, no me subí a algunas de estas diversiones.
Cuando regresamos de uno de estos paseos andábamos por el mercado buscando almuerzos y de pronto nos encontramos con esto:
Son cuyes (conejillos de indias), nunca lo habíamos comido ya que en la Costa a la cual pertenecemos no es común comerlo por el gran parecido que tiene con la rata, a quienes les parece una delicia es a los de la Sierra, lugar donde muchos se dedican a criarlos y luego venderlos. Decidimos arriesgarnos y comprar solo uno para que, en el caso que no nos agrade lo dejábamos, pues bien, ya en la mesa el cuy, no nos atrevíamos comerlo hasta que haciendo de tripas corazón, tomé una pequeña porción del roedor y luego de probarlo le dije a Loly: "mmm, qué rico que está" Dani y Loly decidieron probarlo y lo único que puedo decirles es que hasta los huesos nos lo chupábamos de lo sabroso que es.
Son cuyes (conejillos de indias), nunca lo habíamos comido ya que en la Costa a la cual pertenecemos no es común comerlo por el gran parecido que tiene con la rata, a quienes les parece una delicia es a los de la Sierra, lugar donde muchos se dedican a criarlos y luego venderlos. Decidimos arriesgarnos y comprar solo uno para que, en el caso que no nos agrade lo dejábamos, pues bien, ya en la mesa el cuy, no nos atrevíamos comerlo hasta que haciendo de tripas corazón, tomé una pequeña porción del roedor y luego de probarlo le dije a Loly: "mmm, qué rico que está" Dani y Loly decidieron probarlo y lo único que puedo decirles es que hasta los huesos nos lo chupábamos de lo sabroso que es.
A mí me gustaría probarlos, deben ser muy ricos, solo que la cabeza me da cosa, ¿por que no se la quitan? ¿también se come?
ResponderEliminarQué linda foto donde están las tres :)
También se come la cabeza, aunque no tiene mucha carne ya que el animal no es muy grande.
EliminarBueno, yo sólo me comería los sesos :)
EliminarAlguna vez vi un documental sobre esto de la cría del cuy (en la isla se les llama curiel) y de cómo lo comen. Me imagino que ha de ser muy sabroso! Y el viaje debe haber sido inolvidable! Fue aquí donde tomaron la foto de Loly colgada de una montaña?
ResponderEliminarSon sabrosos, en realidad no tenía idea de lo que me estaba perdiendo.
EliminarEfectivamente, la foto de Loly es en Baños.
Es verdad Angélica, a los costeños no les gusta el cuy, pero a mi si y es porque mis padres son serranos y aprendi desde pequeña a disfrutar de su sabor! A mi me gustan acompañados de papas cocidas con salsa de maní ummm que delicia!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn realidad lo que nos falta es "atrevernos" a probarlo, es riquísimo.
EliminarY yo pensé que tú no te lo ibas a comer!!! tanto asco le tienes a las ratas y similares.
ResponderEliminarY es verdad, la sazón que le ponen a estos animalitos es riquísima, yo hubiera repetido sin ningún remordimiento jejeje.
Ahhh vaya, y luego me achacas a mí que termino con las especies :D
EliminarEs que tú tienes tu fama Miriam jajajaja
Eliminarsuele suceder que lo que uno no quiere probar, si se anima, está realmente delicioso!!
ResponderEliminar