Seguramente
todas tenemos recuerdos de las malas pasadas que nos jugaron las palabras en
nuestra primera infancia, cuando al encontrarnos alguna nueva entrada para
nuestro diccionario personal usábamos la lógica para tratar de encontrarle un
significado.
Una amiga confesaba que cuando tenía
cinco años juraba que “la puerta falsa” era una puerta real que existía en todas
las casas y que por ahí efectivamente podía salir la gente cuando se encontraba
en problemas; por lo mismo, se rompía la cabeza tratando de entender el porqué
de la connotación negativa de que alguien usara tal puerta.
Por mi parte, debo haber tenido más
o menos esa edad cuando pensaba que “el público” era un señor gordo que asistía
a todas las funciones de cine o teatro. Me lo imaginaba siempre con un vaso de
refresco en una mano y un paquete de palomitas en la otra, y que todo el mundo estaba atento a su reacción para
que se dijera en las noticias: “el público aplaudió con entusiasmo”.
Igual pasaba con las palabras nonc santas que llegaban a colarse en el
mundo familiar. Recuerden que provengo de épocas en que decir “palabrotas” era
uno de los peores defectos que alguien pudiera tener, y a veces, cuando no
quedaba de otra, se recurría a eufemismos para no repetir el exabrupto ("los disparates" les decían entonces). Con
decirles que “menso” se incluía en las palabras proscritas, así que uno decía
que a fulanito lo habían castigado por decirle “menfis” a alguien, o peor, que
había dicho “bronca-bronca”…
En ese paquete entraban, por
supuesto, muchos temas que se consideraban “impropios” para oídos infantiles,
pero que de repente se colaban al hogar a través de la televisión o de alguna
plática de comadres en la calle. Un buen día llegó a mis oídos una crítica muy
fuerte a cierta señora que era “la querida” de un señor casado. Capté muy bien
el tono de reproche y feroz crítica que contenía la expresión, que obviamente
chocó con la noción que yo tenía sobre eso de querer a alguien, ¿pues qué podía
haber de malo habría en que alguien quisiera a otra persona? Así que, con toda
la inocencia (sí, alguna vez fui inocente, y mucho), se me ocurrió preguntarle
a mi mamá que qué tenía eso de malo. No recuerdo la respuesta, pero debió
haber sido algo del tenor de “no andes preguntando cosas que no” o alguna de
esas fórmulas usadas para aplacar a un niño curioso, seguramente acompañada de
un “ve a ver si ya puso la marrana” o algo por el estilo.
Recuerdo mucho ese uso que le daban en mi tiempo a la palabra Querido, a, yo también tuve curiosidad por saber su significado, la oía frecuentemente en las reuniones de comadres y mi curiosidad se acentuaba por la forma tan misteriosa como la decían.
ResponderEliminarYa de adulta, me preguntaba porque ese nombre, sería que el amor era más fuerte hacia la querida que hacia la esposa?
Ja! Eso del choque entre el significado literal y el que le asignamos a una palabra parece ser tema actual, Aarón ;)
ResponderEliminarNo puedo creer que "menso" haya sido palabra proscrita! Si es de lo más inocente, jajaja! En mi casa las palabras proscritas no se mencionaban, nunca. Lo más fuerte que le escuché a mi padre alguna vez fue "contra!"... Todo porque la niña de la casa (yo) no las oyera, jejeje. Y se los agradezco. Aún hoy me disgusta escuchar o incluso leer estas palabras, cuando hay tantas otras que podrían usarse en su lugar.
Y sí, ¿por qué se diría "querida" a las amantes? O amantes, que también.
Es increíble cómo los niños van entrando a ese juego de palabras hasta comprender el contexto en el que lo dicen, lamentablemente yo aprendí lo que era una "querida" siendo muy niña, así entendí que "esa" era la mujer que se había llevado a mi papá :(
ResponderEliminarAarón tú como padre sabrás los aprietos en que nos ponen los hijos cuando nos hacen ese tipo de preguntas, no siempre es algo fácil de manejar y parece que tú has sido especialista en poner en aprietos a tu mami jajajaja.
ResponderEliminarjajajajajaja ya imagino la cara de tu mamá al preguntarle eso jajajaja creo que yo aprendí ese término con las películas que pasaban del cine de oro de México jajajaja
ResponderEliminary yo tardé tiempo para entender, que era eso de ve a ver si ya puso la marrana jajajaja
muy buena tu historia. Si me dejas pensar en palabras de mi infancia, seguro recuerdo un montón, me has alegrado la mañana.
ResponderEliminarGracias por seguirme en mi blog. Yo haré lo mismo, con tu permiso.
saludos