No tuve la suerte de que mis padres me llevarán al cine, no sé si es porque no habían películas para niños o no les agradaba el cine.
Recuerdo, que a partir de los 14 años me convertí en cinéfila, ahorraba durante la semana para ir al cine con mis amigas el domingo, inicialmente las películas llegaban con algo de retraso (2 años) eran películas mexicanas, después comenzaron a llegar de otros países.
Existía un cine en Guayaquil llamado "Presidente", era un cine de lujo, sus empresarios traían las mejores películas de Estados Unidos y Europa, fue el primero en tener aire acondicionado, pantalla gigante y sonido estéreo con capacidad para más de 1 000 personas y por lo tanto el valor de la entrada en Luneta estaba fuera de mi alcance, razón por la que no asistía a él a pesar de que proyectaba excelentes películas.
Sucede que estando yo en 5to. año del colegio, anunciaron la proyección de la película "Cleopatra" con Liz Taylor y Richard Burton en el cine Presidente, el valor de la entrada a Luneta era de 25 sucres y la galería (parte alta) 5 sucres, en cualquier otro cine la entrada a luneta tenía un valor de 5 sucres y galería 1 sucre, cabe indicar que a galería iban muchachos que se dedicaban a hacer algazaras y en ocasiones a molestar a otras personas.
Mi grupo de amigas y yo veíamos que se nos escapaba la oportunidad de ver esta película tan comentada que fue en su época, por lo que en un momento de osadía decidimos ir a galería, y así fue, con mucho temor estábamos sentadas en una esquina con el deseo de pasar desapercibidas; era una película de 3 horas, la primera hora estábamos encantadas, extasiadas, nos olvidamos de que estábamos en galería hasta que un grupo de chicos comenzaron a molestarnos, les avisamos a los empleados, se tranquilizaban un rato y nuevamente fastidiaban, no nos quedó otra que salir del cine. Lamentablemente no he visto la película teniendo ahora la manera de como verla, ¿la razón? no la sé.
Cuando nos reunimos con mis amigas, recordamos y reímos de la situación que pasamos y la comparamos con esta época, que es como ir a la general de un estadio de fútbol donde está la barra brava.
Angélica es que en esos casos cualquier sacrificio es bueno, lástima que no pudieron terminar de ver la película.
ResponderEliminarAlgunas veces me tocó ir a galería porque en el teatro Roma (el de las películas en inglés) dejaban entrar por llevar 5 envoltorios de un chocolate Lager, y esto no aplicaba para Luneta. Una vez nos salimos porque la película no nos gustó: Los Cuervos (donde les sacaban los ojos a la gente)
Alguna vez debo haber visto Cleopatra, tengo la imagen de Lyz con su ropa egipcia, jajaja pero no recuerdo nada de la trama :(
No me molestaría ir a galería Hilda, si las personas supieran comportarse, pero como ese no era el caso, y parece que he quedado curada, no voy a ningún espectáculo donde la entrada sea la más barata.
ResponderEliminarDisculpa, Miriam, te cambié de nombre.
EliminarNo te preocupes Angélica, es muy común que eso nos pase, esperemos que Hilda no se enfade por estarme viendo como a ella, jajajajaja, sé que no lo hará, solo bromeo :)
EliminarLamentablemente la gente no sabe comportarse y tienes razón, hay espectáculos a los que uno no asiste porque ya sabe con lo que se encontrará.
jajajaja no hay problema sra. Angélica, nosotras mismas le hemos cambiado también de nombre jejeje y a Miriam la aprecio muchísimo :)
Eliminarque feo que los muchachos no hicieran caso, acá les llamarían la atención y luego los sacarían del cine
ResponderEliminarbueno, espero que algún día pueda ver esa película, yo la vi de niña en la televisión en una de las repeticiones
y es curioso, es la primera persona que conozco cuyos padres no la llevaban al cine :P
Ay que feo eso de ir a la galería a exponerse a esos vándalos, lástima que no pudiste ver toda la película.
ResponderEliminarY yo si sé porqué no la has visto por completo ahora, porque no te gusta ver películas antiguas!!!