Cuando quedé sola, porque así lo quise, algo que no podía soportar era el silencio, ya que eran momentos cuando
mi mente se llenaba de recuerdos, que aunque fueron agradables, eran
para mi en ese instante insoportables, por lo que evitaba el silencio,
oyendo música, algunas veces cantando o cualquier cosa que distrajera mi
pensamiento, pero era un silencio interior lo que necesitaba,
imposible de llenar.
Buscando
solución, alguien me recomendó practicar Yoga, al comienzo me costó
mucho concentrarme, el miedo ese que me producía un gran temor, era lo
que necesitaba para la concentración, el silencio, pero un silencio que
me transportara al vacío, que me ayudará a obtener la Paz que
necesitaba, tuve la suerte de tener una Instructora de Yoga, quien
comprendió por lo que estaba pasando y se dedicó, no solo a ejercitarme
sino a controlar mi mente, deja el temor y permite que el silencio te
posea, me decía ella, así llegarás a sentir el verdadero silencio, el
silencio interior, cosa difícil de lograr, mas no imposible, así aprendí
a valorarlo, a aclarar mi mente y llevarlo al camino que deseo, puedo
en silencio sin verlo estar en el lugar que desee, en el centro del
mar, en una montaña, o lo que mas me gusta, flotando en el aire, porque
después de hallarlo viene la Paz.
Existe
un poema, que es uno de mis favoritos, porque habla no solo de amor,
sino de eternidad, de paz de comunión, del valor del silencio, escrito por un poeta venezolano
de comienzos del siglo pasado, Andrés Eloy Blanco.
Titulado SILENCIO
Cuando tú te quedes muda,
cuando yo me quede ciego,
nos quedarán las manos
y el silencio.
Cuando tú te pongas vieja,
cuando yo me ponga viejo,
nos quedarán los labios
y el silencio.
Cuando tú te quedes muerta,
cuando yo me quede muerto,
tendrán que enterrarnos juntos
y en silencio;
y cuando tú resucites,
cuando yo viva de nuevo,
nos volveremos a amar
en silencio;
y cuando todo se acabe
por siempre en el universo,
será un silencio de amor
el silencio.
Qué linda poesía Ylba, no soy muy amiga del yoga pero veo que te ayudó mucho.
ResponderEliminarYlba no imagino lo duro que debe ser vencer ese temor al silencio, bien por ti que lo afrontaste y sobre todo, que te dejaste llevar por el yoga, esa disciplina tan especial y que tanto bien hace al alma y al cuerpo.
ResponderEliminarY la poesía me encantó, es realmente hermosa, no la conocía.