Debo confesar que la palabra «aleluya» no
es parte importante de mis recuerdos. Aleluya no es para mí el mejor de los
cantos, es la palabra que decimos cuando sentimos alivio.
La palabra aleluya surgió en mi vida el
sábado 20 de septiembre de 2014.
Soy un estudiante todavía, por lo que
manejo carpetas y libros. Estos materiales son muy importantes, pues yo archivo
deberes, lecciones y actividades en clase. Tengo una carpeta por cada
asignatura. Una de esas carpetas, la de Educación para la Ciudadanía, se me
había perdido. Esa carpeta tiene más de veinte hojas llenas de contenido
copiado en clase.
Yo no quería volver a copiar tantas hojas.
Francamente, estaba desesperado. Busqué por toda mi casa, incluso ordené mi dormitorio.
También busqué en mi colegio, recuerdo haber ido incluso a una bodega de
objetos perdidos. Mi carpeta se había perdido el lunes 14 de septiembre y el
viernes 19 de septiembre parecía que la situación no iba a cambiar.
Recuerdo que el viernes debía estudiar Química,
así como debo estudiar para rendir otros numerosos exámenes y también debo
hacer tareas esta semana. No estudié porque no podía concentrarme, me sentía exhausto
y además preocupado por no haber encontrado esa carpeta. Mi madre me recomendó dormir
y yo de mala gana acepté. Para mi buena suerte, mi madre me despertó a las 04 h
y 20 min para que yo pueda estudiar.
Después de bañarme y vestirme, comencé a
estudiar. Luego de repasar los métodos de separación de mezclas y la
configuración electrónica, podía decirse que era un as en la Química. En realidad
no soy un as en la Química, pero en ese momento me sentía incluso más inteligente
que Heisenberg cuando cocina meta.
Este sábado tuve que rendir exámenes. Después de terminar satisfactoriamente
mi examen de Química, Sebastian, un compañero de clase, se acerca y me dice:
Sebastian: «Brother», toma tu capeta. ¡Gracias!
Joseph: ¿Qué? ¿De qué hablas?
Sebastian: Tú me la diste el lunes. Ya me puse al día, tómala y no
te hagas el bobo.
Entonces empiezo a recordar y Sebastian
tenía la razón. Yo se la había dado y no me había acordado de eso. Segundos más
tarde grité:
¡Aleluya!
Uff Joseph, me imagino que cuando volviste a tener la carpeta perdida en tus manos fue como si el alma te volviera al cuerpo..que alivio! Linda anécdota! Bienvenido!!
ResponderEliminarUna manera muy fresca de escribir un anécdota un tanto divertida, me ha pasado y es realmente terrible cuando eso sucede.
ResponderEliminarBienvenido
Joseph bienvenido! qué gusto tenerte por acá.
ResponderEliminarDespués de leer todas tus actividades de estudio veo el porqué te ganaste el premio Filantrópica al aprovechamiento el año pasado. Yo ya había olvidado lo de despertarse en las madrugadas para estudiar, cuando estaba en secundaria también lo hacía, qué tiempos aquellos!.
Y me puedo imaginar el alivio cuando apareció la carpeta, yo soy completamente despistada para algunas cosas y también me ha pasado eso de prestar algo y luego no recordar qué fue de su paradero, esos hallazgos definitivamente merecen un ¡aleluya!
Qué bueno que apareció la carpeta Joseph, creo que todos hemos perdido algo alguna vez, a mí lo que me hace gritar ¡Aleluya! es cuando encuentro dinero que dejé bien guardado y olvidé que tenía :D
ResponderEliminarAdemás de que escribes bien y de que te gusta leer, te gustan los beatles, eres un as en química,tomas veinte hojas de notas en clase y eres buen compañero. Eres sorprendente, Joseph! Ya mw hubiera gustado ser así cuando adolescente.
ResponderEliminarMenos mal que te apareció la carpeta! Ese tipo de perdidas tensan mucho y hacen trabajar el doble...
Pues eso, bienvenido!
Yo soy testigo de la búsqueda de la carpeta y de los beneficios de su desaparición...¡su dormitorio arreglado¡ :)
ResponderEliminarEso ya es una recompensa extra jajajajaja.
Eliminaryo generalmente uso la palabra Aleluya como sinónimo de milagro!! jejeje o sea, cuando pasa algo que se esperaba y que por fin pasa
ResponderEliminarY eso me ha pasado mil veces, la última, busqué como loca un libro de Harry Potter y nunca lo encontré, hasta que la persona a la cual se lo había prestado me lo devolvió jejeje
También suele pasar mucho que buscamos y buscamos algo y al momento en que ya no lo necesitamos aparece inmediatamente. O cuando estamos buscando algo y lo tenemos en frente y no lo vemos, o hasta lo llevamos puesto... en esos caso necesitamos a un tercero que nos diga: "¡Ey! ¿Estás ciego? ¡Allí lo veo!"
ResponderEliminarAlex, con base en lo que dices, un amigo mío acostumbraba repetir una especie de refrán: "Buscando lo que no encontré, hallé lo que no busqué".
Eliminar:D
Joseph, bienvenido. A muchos nos ha pasado así y, literalmente, sientes que te vuelve al alma al cuerpo. Qué bueno que encontraste tu carpeta, pues supongo que significa mucho trabajo y muchas horas de esfuerzo.
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