domingo, 28 de septiembre de 2014

UN BARÍTONO DIFERENTE



Siempre me gustó cantar y bailar; de tal manera que desde que tenía como unos 10 años, unos vecinos y yo formamos un grupo así tipo Parchis. Claro que al principio era solo un juego, cantábamos en escuelas, fiestas infantiles, etc. Aunque a decir verdad no cantábamos, hacíamos solo fono mímica porque no había recursos para más. Pero conforme fuimos creciendo, comenzó a haber ciertos cambios con los integrantes y comenzamos a pensar un poquito más en serio en el grupo –pero solo un poquito-. De tal manera que grabamos unas pistas con un grupo muy famoso acá en Veracruz, contratamos a una coreógrafa, los padres se involucraron más, empezamos a cantar en festivales, espectáculos, fiestas particulares, etc.
 Obviamente, entre todas esas mejoras, se incluyó una clase de canto. No sé siquiera cómo llegamos a la casa del señor David Cicourel, un hombre bajito, medio gordito, de cabello completamente blanco, pero un poco presumido. Desde el primer día que llegamos (y hasta el último, cuando nos fuimos), nos platicó lo famoso que había sido él y todas las personas y cantantes que había conocido en la ópera. Oh, mi Dios. Si hubiéramos sabido lo que iba a ser esa clase de canto, tal vez no habríamos entrado. El señor, no sé a ciencia cierta cuántos años tendría, pero yo creo que sí rondaba los 80 y durante todo el tiempo que estuvimos ahí, tuvo en su mente la idea de que nosotros seríamos un grupo dedicado al Belle Canto.
Nos enseñó mucho, no lo dudo, pero al pobre lo hacíamos renegar en la misma cantidad. En ese entonces éramos cuatro mujeres y dos hombres en nuestro grupo y los varones eran tremendos. Nos burlábamos de él, le hacían musarañas a sus espaldas, desafinaban a propósito, etc. Y se volvía peor cada vez que nos decía: “cuando ustedes canten un aria en público” o “cuando se aprendan esta canción del Belle Canto” . . . .  y nosotros nos imaginábamos a nosotros mismos todos maquillados y cantando como Pavarotti, etc. Las carcajadas no se dejaban esperar. Creo que el pobre hombre nunca supo que nosotros nos presentábamos cantando canciones de TIMBIRICHE, FRESAS CON CREMA, OKI DOKI y PARCHIS. Si se hubiera enterado, le daba un paro cardiaco.
En fin, una tarde estábamos en nuestra clase con los ejercicios de vocalización, y el profesor ya estaba un poco desesperado porque Carlos no alcanzaba los tonos que él le decía.
-¡Parece usted barítono!- Le gritó, aunque no sonaba mucho como a elogio.
Carlos, que ya de por sí era bastante alto, se estiró aún más lleno de orgullo, aunque no tenía la menor idea de los rangos que alcanzaba un barítono.
-        ¿Porque canto como Plácido Domingo? – preguntó Carlos, ignorando por completo que el otro era tenor.
-        ¡No! ¡Porque varía de tono como loco!
De más está decirles las carcajadas que provocó en los demás, las burlas que nunca se quitó de encima Carlos y el hecho de que no regresamos más a las nunca bien valoradas clases con don David Cicourel, famoso tenor de la época del caldo en México.

6 comentarios:

  1. Me has hecho reír, Tere. ¡Pobre señor! No sabía lo que le esperaba cuando aceptó darles clases a ustedes, jejeje!
    Pero qué grupo tan lindo! Me han encantado las fotos. Entrañables!!! Y no hay ninguna grabación por ahí? Me gustaría mucho escucharlos!

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  2. Tere, yo sabía que tú tenías mucho mundo artístico recorrido :D me gustó tanto leer tu historia de Barítono, de paso, pobre Carlos, jajaja. Al igual que Pelusa, me encantan las fotos, mira tanto talento, nada que envidiarles a los famosos, ¡felicitaciones!

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  3. Tere me ha hecho reír mucho este anécdota, de principio a fin, la verdad es que me esperaba un vídeo donde nos cantaras (solo por escucharte cantar y verte)
    Hermosas fotografías y que buenos recuerdos.
    Saludos desde Colombia

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  4. Tere, te ves preciosa!!!

    pobre maestro jejejeje

    y pobre Carlos, él muy ufano y lo bajaron al piso jajajaja

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  5. pero si casi tenemos una exmenudo de amiga y ni sabíamos, que linda la foto, el señor sería muy buen cantante, pero de pedagogía estas encueros, si su actitud hacia un grupo de adolescentes hubiera sido más cordial a lo mejor hubieran aprovechado mejor sus conocimientos

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  6. De la época del caldo! jajajajaja sí que me has hecho reír con esa expresión Tere, yo hasta el tiempo de la pera había llegado no más :D

    Fresas con crema! recuerdo una canción muy popular de ese grupo, una que decía algo así como "me enamoro, de sus camisas llenas de colores..." y ya no me acuerdo qué más.

    Cuando yo estaba en la escuela solía juntarme con mis amigas para preparar coreografías de grupos como Parchís, Menudo, etc y nos presentábamos en la escuela, era muy divertido :)

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