Rápidamente
se me vinieron a la mente tres cuestiones relacionadas con el cerebro, una tras
otra, cuando leí la consigna de esta semana.
Y, bueno, digno de mí, las tres terminaron en mini desastres.
La
máquina del tiempo del De Lorean de mi cabeza viajó primero a 1984. 7mo grado de la escuela primaria. Clase de
ciencias naturales… consigna de la profesora? Llevar un cerebro de vaca para
diseccionarlo y estudiar sus partes.
Mamá, aplicada como siempre, yendo al frigorífico a comprar uno,
congelarlo, acondicionarlo en una caja aislante con hielo… todo en vano.
Cecilita se perdió la clase porque en cuanto la profe sacó el cerebro de la
caja e intentó clavarle un bisturí para hacer el primer corte, se cayó cuan larga era (o cuan corta, mejor
dicho) desmayada en medio del aula.
Fuzzzzzzzzzzz…próxima
parada: 1986. Segundo año de la escuela
secundaria. Escena: patio de
recreo, escuela privada carísima, chicos
y chicas divinos, populares, mal criados.
Y Cecilita sentada en la base del mástil de la bandera. Siempre leyendo. Paria total .
Nunca invitada a las fiestas, nunca incluida en los juegos. Siempre
víctima de todas las burlas. “Cerebrito, dejá de leer que ya te lo sabés de
memoria al libro”…”Cerebrito, querés saber más que la profesora?”….y sí, debo
confesar que a los 15 años yo lo que quería era encajar y si el diablo se me
hubiera aparecido y me hubiera ofrecido cambiar mi cerebro por la belleza tonta
de mis compañeras, hubiera hecho negocio sin pensarlo. Hoy cuando me las cruzo por ahí me río porque
la vida fue muy generosa conmigo y con ellas…mmm….dejémoslo ahí.
Y hay
una última imagen… parada final: 1989.
Quinto y último año del bachillerato.
Acá la costumbre es que los alumnos del último curso organicen su viaje
de egresados a la ciudad de Bariloche.
Una ciudad maravillosa, en los Andes Patagónicos. Un valle rodeado de altas montañas nevadas, a
la orilla de un lago magnífico. Centro de esquí, perritos San Bernardo con
barrilitos de ron para que los turistas se saquen la foto. Un paisaje tan hermoso que Suiza a su lado
palidecería de envidia. Estuvimos en ese
lugar hermosísimo una semana entera! Y
no vi nada. No me enteré de nada. No fui a la visita de la fábrica de
chocolates, no fui al Cerro Catedral a esquiar, no tomé el catamarán para
recorrer el lago… todo por culpa del Cerebro…Me explico: “Cerebro” es una famosa disco
(discotheque/lugar bailable o como ustedes le llamen) de Bariloche, casi les
diría la disco más famosa de la Argentina. Las empresas que organizaban los
viajes de egresados nos incluían además de las excursiones para el día, las
entradas para ir a bailar por las noches… conclusión? Baile de noche, más
alcohol del que acostumbrábamos, acostarse a las 6 de la mañanas da como
resultado no poder levantarse al día siguiente para ir de excursión. 15 años después pude volver a Bariloche y
descubrí todo lo que me había perdido. Pero bueno, 18 años se tiene una sola
vez en la vida.
Sister me reí mucho con la primer historia, no puedo creer que la profesora se desmayara, pobre mujer pero es muy graciosa, en la segunda historia solo puedo decir que luces muy bella en fotografías y en la vida real, y por último es una pena que te perdieras el viaje pero tuviste la oportunidad de regresar.
ResponderEliminarSaludos
Si, parece que la señorita Rosina no andaba bien del estómago ese día y sufrió una lipotimia...jaja tremenda maestra de ciencias!!!
EliminarGracias por los piropos..no por nada somos hermanos ;)
Yo hubiera jurado que eras tú la desmayada hasta que leí el comen de Christian! Jajajaja! Se desmayó la profe????? No lo puedo creer!
ResponderEliminarY bueno, eres bella, exitosa, inteligente... ¿sigo? ;) Allá esas que sólo tienen belleza.
Fiestas de noche y perderse el día por los excesos? Oh, sí! Me identifico plenamente. Hay una etapa para cada cosa en la vida, incluso para eso. Lo bueno es que al final sí que volviste y disfrutaste del lugar como se debe.
Me encantó la foto (!!!) y las historias, Ceci. Mil gracias! :)
Lo bueno es que si muriera mañana (cosa que espero no suceda jajaj) puedo decir que no me he privado de nada!
EliminarDesmayarme yo?? Muchas veces, sufro de hipotensión y en el verano, más de una vez... pero esa vez no fui yo, fue la señorita Rosina jajajajajaja
Es un placer compartir...nunca les agradeceré lo suficiente haber tenido esta hermosa idea.
También yo leí demasiado rápido y entendí que la desmayada habías sido tú Ceci, definitivamente tengo que leer más despacio :)
EliminarYo sigo creyendo que eres tú la desmayada, ¿de qué otra manera puede ser desastre? Jajajaa... Excelentes historias!! Sólo te pido que cuando Amelia quiera ir a Argentina, no la lleves a Bariloche =P
ResponderEliminarBueno, desastre es mi segundo nombre jajjajajaja
EliminarPero como le contaba a los chicos, no fui yo. :D
Ahhh Amelia y yo en viaje de chicas solas por el sur...no se si Argentina está preparada para eso jajajajajja No me vengas desde ahora a quitar el placer de malcriar a mi sobrina!
Ceci, solo para poner título a tu comentario
ResponderEliminarCerebro congelado, Cerebrito y Aguardiente.
Disfrutaste tu juventud, en la vida todo tiene su tiempo, y me parece que siempre te ha gustado estar sobre o con la bandera de tu Patria.
Ylba, amora mía, a partir de ahora te nombraré "tituladora oficial" de mis historias...jajajjaja me encantó!!
EliminarEn cuanto a lo demás, tenés toda la razón. Mi bandera va conmigo a todas partes. Tengo el alma celeste y blanca.
jajajajaja que manera de sacudirte la nostalgia del último post, divina!, ya te imagino sentada leyendo, pero en la base del asta, huy amiga, todo lo tuyo es a lo grande, jajajajaja bueno mi amor para tu última anécdota solo te tengo una frase, que nadie te quite lo bailáo
ResponderEliminarEsa es mi chicaaa!!!!!
EliminarSi la hacemos la hacemos bien, no?? jajajajaja
Te adoro, preciosa!
Ceci me encantó el paseo con el De Lorean por tu cabeza, tienes que invitarnos más seguido.
ResponderEliminarCuando entendí que la desmayada había sido la maestra (si, yo también pensé primero que habías sido tú) me maté de la risa, es que sólo de pensar en la maestra empezando a clavar el cuchillo y desmayándose me vuelvo a reir jajajajajaja.
Y en la adolescencia, ¿quién no desea encajar? creo que a esa edad daríamos media vida con tal de estar en el grupo.
Y por último, ¿borrachera de graduación? mmmm, ¿será que alguien no hizo eso? por suerte volviste luego a descontar los paseos que no diste.
Me incluyo en el grupo, pensé originalmente que tú eras la que te habías desmayado, qué pena con la maestra, puede ser que se haya equivocado de especialidad, ja ja.
ResponderEliminarComentario de Joseph:
ResponderEliminarHe vivido quince años (casi dieciséis) y sé lo que es ser tratado como un cerebrito o un sabihondo. Conozco la presión que existe y el miedo a fracasar y reprobar en una asignatura. También conozco que es difícil encajar; es difícil tratar de hablar con alguien sobre el Imperio carolingio cuando esa persona solo quiere hablar de soccer, por ejemplo. Sé también que saber un poco más que alguien te puede convertir en arrogante y eso te hace un blanco de burlas. No es fácil, pero llega el momento en el que debes ignorar las burlas de otras personas y mantener la autoestima. Llega el momento en el que debes aceptar a una persona como amigo o amiga si esta te acepta como eres.
uff parece como si lo hubiera escrito yo misma....
EliminarYo también había leído que eras tú la desmayada... ¡Este cerebro desleal!
ResponderEliminarMe gustó la historia a través del tiempo :)