Cuando Daniela tenía 5 años la inscribí en un curso vacacional de deportes al que tenía que asistir diariamente. Dicho curso se desarrollaba en unas instalaciones cercanas a la zona industrial de la ciudad, por lo que cada día pasábamos cerca de una serie de fábricas con estructuras enormes y las típicas chimeneas por donde eliminan vapor. Al parecer dichas estructuras habían llamado la atención de Daniela, pues un día que pasábamos frente a las industrias en pleno funcionamiento me preguntó qué eran esos tubos grandes de donde salía tanto humo, antes de darme tiempo a responderle, ella misma dijo: ¡Ah ya sé, son fábricas de nubes!
Su conclusión me causó mucha gracia y pensé que era lo suficientemente ingeniosa como para compartirla con el resto del mundo (jejeje) y al mismo tiempo cumplir con un viejo sueño que tenía: ver publicada una anécdota personal en Selecciones del Reader´s Digest. Así que decidí escribir un correo a esta publicación y al cabo de unos días me contactó una investigadora de esta revista, quien me envió un formulario a llenar contando detalles de la situación tales como cuando ocurrió, si alguien más estaba presente, quien más podía verificar la historia y cosas así. Respondí lo solicitado y al cabo de un tiempo me confirmaron que la historia sería publicada, pero que como las revistas se preparaban con varios meses de anticipación, entonces la anécdota aparecería probablemente en unos 4 o 5 meses.
Dicho y hecho, al cabo de un tiempo, apareció la anécdota de Daniela en una publicación que durante muchos años fue mi favorita y de la que aprendí muchísimo. Obviamente compré la revista y se la enseñé a quien estuvo dispuesto a verla, y si en este momento no les adjunto una foto de la publicación, es porque no tengo idea de donde puede estar, sé que seguramente reposa en algún rincón de la casa de mi mami, la pregunta es ¿dónde?
Que maravilla las teorías de los niños para explicarse a sí mismos el mundo!!!
ResponderEliminarQue triste que perdamos esa capacidad cuando crecemos. Tus hijas son excepcionales. Lo cual no tiene nada de raro con la madre y abuela que les han tocado! Besotes
Gracias Ceci! Daniela siempre me sorprende con sus ocurrencias, y por suerte ya pasó la época en la que "inocentemente" me hacía pedazos con sus comentarios, mi autoestima ha pasado por duras pruebas jajajaja
EliminarAsí es Loly, yo trabajé algún tiempo para el Reader's Digest acá en México, precisamente en el área de investigación, y a veces me tocaba verificar las anécdotas de las secciones. Y sí, cuando tienes nun número en las manos es porque los de los dos meses siguientes ya están o imprimiéndose o listos para publicar.
ResponderEliminar¡Qué interesante Aarón! no todos los días se conversa con alguien que ha trabajado en una revista, y sobre todo una tan popular como lo era la Selecciones.
EliminarEso si, digo "era" porque cuando se modernizó, por decirlo de alguna manera, dejó de tener ese encanto con el que me atrapó desde que era niña. Yo no sé si es idea mía pero no es la misma de antes.
¿Y en qué época trabajaste allí? porque lo de Daniela fue en el 2009, quizá conocías a la investigadora que me contactó, se llama Maiella Ugalde (no creas que mi memoria es prodigiosa, es que tengo guardados los correos de aquel entonces jejeje)
EliminarEsto es una anécdota famosa! Y genial, además. :)
ResponderEliminarMe encantó la explicación de Daniela. al final no estaba tan lejos de la verdad.
Pues si Elena, con eso Daniela saltó a la fama jajajaja
EliminarSeguro que la Selecciones está aquí en la casa, lo que hay es que disponer de mucho tiempo y paciencia para ponerse a buscar entre tantos libros.
ResponderEliminarPues como dice Ariana: "tú que no trabajas y no haces nada..." puedes buscarla jajajajaja
EliminarYo me acuerdo que cuando salió ese numero de la revista la compré como lo hago periódicamente y al leer la historia dije Ummmm una Angélica Vallejo contando una anécdota de una niña super lista llamada Daniela ummm solo puede ser Loly y te escribí o llamé no lo recuerdo y te sorprendiste al conocer que yo sabia que eran ustedes dos :)
EliminarSiiiiiii, tus dones detectivescos funcionaron Elizabeth, y es que además, otro par como nosotras ya sería demasiado! jajajajaja.
EliminarHola, Loly, que bella anécdota, incluso el hecho de querer participarla, da el sabor de lo que significa ver que alguien tan nuestro no piense en lo malo, sino que todo sea belleza, y que todo ademas se puede fabricar..oh!!! algún ingeniero (ademas) que tomara la idea.
ResponderEliminarSaludos
Gracias Luisa! es que los niños son así, hay optimismo en sus ojos y sus pensamientos van a lo bueno (salvo cuando están haciendo una rabieta jajaja)
EliminarY si, quien es el ingeniero que se atreve a poner en práctica la fábrica que propone Daniela?
que lindo ver una anécdota personal en una revista, mamá durante mucho tiempo la compró, las historias de los libros condensados me gustan mucho.
ResponderEliminarme encantó la respuesta de Dani, fábricas de nubes!!
Mi papá también las coleccionaba Hilda y yo era su fan desde que la descubrí en mi niñez. Empecé con La risa remedio infalible y luego ya no me perdía ni un solo artículo, por eso me dio tanto gusto ver que se publicara esa anécdota.
Eliminar¡Famosas! es que tenía que ser, jajaja, que bonita anécdota, seguramente yo la leí pero mi mala memoria no la recuerda, también fui fan de las Selecciones, tuve la colección quizá desde que tenía 14 años y las leía de pasta a pasta, alguna vez envié un chiste pero nunca lo publicaron, jajaja, ni me respondieron siquiera, jajaja.
ResponderEliminarFelicitaciones a ambas, y no te quedes con la felicitación de Daniela, que ya sé que hasta enero no puede acercarse al Internet :P
Jajajajaja, gracias Miriam! yo le daré tus felicitaciones a Daniela, que está contando los días para volver a entrar a internet :D
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