Recuerdos
sobre momentos vividos bajo la lluvia, están presentes siempre en mi
mente, ya que en mi ciudad natal, se puede decir que la lluvia era un
estado normal y permanente, no se si debido a la temperatura del lugar,
por su altitud de mas de 4000 metros sobre el nivel del mar o por estar
situado en medio de montañas, aunque actualmente ha cambiado debido a
los cambios sufridos por la naturaleza, pero recuerdo mis años de
primaria, cuando al terminar la clase salíamos en estámpida a chapalear
el agua que corria calle abajo, claro que cuando la lluvia era suave sin
truenos ni relámpagos, esa lluvia que llamamos llovizna y que en
algunos lugares llaman Garúa, gotas de agua que al caer sobre nuestro
cuerpo de una manera suave nos acaricia.
Recientemente,
haciéndo mi caminata diaria acompañada de mi mascota, una gran tormenta
se desató, tormenta que a la orilla del Lago se hizo expectácular,
relámpagos reflejados en las aguas, debía regresarme después de haber
caminado mas de dos kilometros una distancia igual, mi perrito temblaba
de miedo, tuve que levantarlo y llevarlo en mis brazos, su peso es de
mas de 5 kilos, como pude lo logré, gente que caminaba a mi lado se
ofrecían para ayudarme, pero como permitirlo si él no se deja levantar
por mi,menos por una persona extraña para él, so pena de ser mordida,
así es que mi tarea fué llevarlo hasta el carro, donde llegamos
empapados, lo peor fue el camino a mi casa, los relámpagos se reflejaban
en el parabrizas y cada vez que esto sucedía el perrito lloraba, se
imaginarán mi gran angustia, llegamos a mi casa, él debajo del asiento
de atras, yo agradeciendo por haber llegado bien.
Guardo muchos recuerdos sobre momentos bajo la lluvia, pero uno en especial por ser el que marcó mi vida para siempre.
Regresaba
a mi hogar una tarde soleada, acompañada de un amigo, un gran amigo,
cortéz, cariñoso y atento, no estabamos preparados para la lluvia que
llegó así de pronto, pues como les dije era una tarde soleada, yo quería
llegar a mi casa y no quise resguardarme en un lugar, caminaba de prisa
adelante de él, cuando sentí sus brazos en mis hombros y su camisa en
mi espalda, en ese mismo instante una ola de calor me invadió, me dejé
abrazar y creo que le correspondí, no fueron necesarias palabras, ni él
me dijo que me amaba, ni yo pude articular una palabra, solo esa
reacción especial que se siente cuando dos personas se unen
espiritualmente, un campanazo fuerte en la cabeza y miles de mariposas
en el estómago, ese momento bajo la lluvia fué el que marcó mi vida
para siempre, el que me llenó de felicidad durante 48 años, a la
familia que tengo a mi lado, por eso agradezco a la lluvia por tanta
felicidad.
Ahhh que hermosura de historia!! Ambas, pero la historia de amor fue mi favorita. Tenés razón..la lluvia ha tenido que ver en nuestras vidas en esos momentos especiales...adoré leerte..Besos
ResponderEliminarParece que todas las generaciones hemos disfrutado igualmente de la lluvia en la infancia. No lo conté, pero también hacía lo mismo: salir a chapaletear en la lluvia cuando niña.
ResponderEliminarPobre perrito!!!! Les asustan tanto los truenos! Me imagino lo nervioso que estuvo, y tú también. Menos mal que llegaron a casa sin problemas.
Se me hizo un nudo en el pecho al leer esa última historia. Qué lindo, Ylba, qué lindo!
Que historia tan dulce, a medida que fui leyendo me imaginé ese momento hermoso de la lluvia y el abrazo! Gracias por compartirla!
ResponderEliminarYlba te leo y me transporto a los momentos que nos narras, primero tu desasociego por el miedo de tu perrito, y luego ese momento sublime de despertar al amor.
ResponderEliminarEres única amiga!