Esta foto fue tomada esta mañana, estaba yo en mi oficina, cuando llegó Andrea, con su saludo habitual "¡buenos días mamá!", entonces le pregunté si quería tomarse una foto conmigo y aceptó gustosamente, así que les cuento su historia.
Andrea tiene un problema de atraso mental, no muy visible pero al hablar con ella se nota, además padece de ataques epilépticos. Hace un tiempo ella dormía en la calle, con un grupo de indigentes que se "protegían" de esa manera, ya que ella algunas veces fue golpeada y/o violada, por otros indigentes que buscaban quitarle el dinero que recolectaba en el día.
Para sobrevivir lustraba zapatos en el Parque Central, recogía latas y plásticos que más tarde llevaba a vender, con eso tenía para sus alimentos. De alguna manera, no sé como, empezó a asistir a la iglesia los domingos, llegaba sucia, oliendo mal, a veces acompañada por algún compañero, a veces sola. Poco a poco se fue dando a conocer, así que cuando en mi grupo de estudio supimos de su condición, enviamos una solicitud a las autoridades de la Iglesia para que le dieran la ayuda que otros miembros reciben. Empezaron dándole su medicamento para evitarle los ataques, ya que casi todos los días los sufría, luego le dieron una bolsa de víveres y algo de dinero pero ¿dónde cocinaría? De nada le servían los alimentos que eran para cocinarse.
Entre trámite y trámite, se logró que le proporcionaran un lugar donde vivir, ahora duerme en una cama, tiene su habitación para dejar sus cosas, que antes cargaba en bultos, y su vida ha ido cambiando poco a poco, tiene donde bañarse todos los días, ponerse ropa limpia y vivir mejor. Todavía sigue recolectando latas y plásticos, para mantenerse ocupada, no falta a los servicios dominicales y es muy cariñosa, a veces la encuentro en la calle, y tal como hace cuando llega aquí me grita "¡buen día mamá!"
pobrecilla, que agresiones ha sufrido!!!
ResponderEliminarque lindo que te trate de mamá!!!
y que bello que hayan podido ayudarla!
Si Hilda, ha sufrido mucho, gracias a Dios que hizo un cambio en su vida y en su corazón.
EliminarSí, una hija más :D
Linda la historia que cuentas Miriam, el placer de ayudar no se compara con ningún otro gesto y qué agradecida que está Andrea, la única manera de demostrarlo es diciéndote mamá.
ResponderEliminarAsí es Angélica, ella está muy agradecida, y no solo me dice mamá, a veces me trae una fruta o un dulce, siempre trata de agradar.
EliminarEs que sí, te has portado como lo haría su mamá. Tú y tus amigos de la iglesia, claro. "Amor con amor se paga", como dice el refrán. :)
ResponderEliminarPelusa, no sé que cara tenga yo o como me ven en mi iglesia, para unos soy la mamá (como Andrea y otra persona que me tuvo como confidente) también soy la abuela y la tía, jajaja, proyecto muchas facetas :P
EliminarMiriam qué hermosa historia, prácticamente le dieron una nueva oportunidad de vida a Andrea y eso se nota en la foto, su rostro se ve feliz y confiado.
ResponderEliminarY qué mejor manera de agradecerte que nombrándote con el apelativo más querido del mundo: mamá.
De verdad te felicito a tí y a todos los compañeros de tu iglesia, han puesto en verdadera práctica lo de dar de comer al hambriento.