La palabra de esta semana me transporta a mi infancia, y en
especial a casa de mi abuela paterna. Había que caminar alrededor de diez
minutos para llegar a su casa y con ella a un mundo diferente. Tenía un enorme
patio, que en esa época me parecía inmenso,
he vuelto a visitarlo y cuando las personas crecen sin lugar a dudas los espacios parecen ser más
pequeños de lo que recordábamos. La casa
siempre estuvo adornada por flores, muchísimas de ellas acompañadas de colores,
vida y naturaleza. Recuerdo que cultivaban moras y mi hermano y yo ayudábamos en
época de cosecha, en mi caso se trataba de ir a comer.
Mi abuelita sabía cocinar muchas cosas deliciosas por lo que
siempre había un olor especial y una comida que en pocos minutos junto a mi
hermano y mi primo devorábamos. Mi
abuelita me sentaba en las piernas y me
cantaba y jugaba conmigo en las tardes, recuerdo la estrofa que ella cantaba
con su voz poco armoniosa “Los
caballitos de dos en dos alzan la pata y dicen adiós”
Durante un tiempo me quedaba en la casa de mi abuelita en la
tarde haciendo tareas, y para una de esas ocasiones debía aprenderme una fábula,
la recuerdo porque venía acompañada de unos dibujos en color naranja, y porque
me encantaba lo que decía.
En la foto es un cumpleaños, soy el niño de camisa blanc ay tirantes negros, a mano izquierda mi hermano y mi mami, ambos de blanco, a mi derecha mi primo con saco verde. En el fondo mis abuelitos paternos.
Les adjunto un audio de la fábula, espero disculpen mi voz.
En la foto es un cumpleaños, soy el niño de camisa blanc ay tirantes negros, a mano izquierda mi hermano y mi mami, ambos de blanco, a mi derecha mi primo con saco verde. En el fondo mis abuelitos paternos.
Les adjunto un audio de la fábula, espero disculpen mi voz.
hay pero que cosa más linda, bebé precioso, me encantó lo de el que aprende como un loro, loro ignorante se queda, no te preocupes, tu voz es preciosa
ResponderEliminarQue bonita fábula y que bonita voz :D
ResponderEliminarAntes de leer vi la foto tratando de adivinar quién serías tú, pensé que eras tu hermano, jaja, se parecen bastante.
Las casas de los abuelos son mágicas!
Esta linda tu voz Christian!!
ResponderEliminarTun hermano tambien tiene unos ojos muy bonitos. Me falta alguien en la foto,quien es el del polo a rayas?
Disculpar que? si tienes una voz muy linda con una expresión muy tierna.
ResponderEliminarMe imagino que eras tu el cumpleañero, que circunspecto esperando apagar la velita.
No hay un recuerdo de la abuela que no se relacione con las comidas o con esas canciones y cuentos y las abuelas lo sabemos, por lo que nos esmeramos cocinando los platos que a los nietos les gusta.
Se nota el cariño que le guardas a la abuelita.
Me ha gustado mucho tu historia, la historia de una gran familia.
Que buena fábula. Me gustó la historia con tu abuelita y la foto con tu familia. :)
ResponderEliminarQué fábula tan buena! No la conocía y creo que es muy cierta. Es lamentable eso de engullir sin digerir...
ResponderEliminarTu voz me gustó mucho. Tienes buen tono y pronuncias bastante bien, incluso para alguien como yo que no está acostumbrada al acento colombiano. ¿No has pensado en tomar algún curso o taller de oratoria, o de narración oral? Lo digo también pensando en tus videos, en los que he visto que te gusta hacer.
La foto y la escena familiar que nos cuentas es una delicia. Sí, los espacios se achican cuando uno crece...
las abuelitas son geniales para contar cosas Christian.
ResponderEliminarY me cae que debieses ser locutor Christian!!
Los cuentos de las abuelas, no hay nada que los supere...
ResponderEliminarSos hermoso, te adoro y me encanta escucharte..muackkk
Christian yo creo que a todos nos ha pasado, que cuando éramos chicos sentíamos muy grandes los sitios y que ya en la adultez nos damos cuenta de que no lo eran tanto, en esos casos yo prefiero quedarme con mi sensación de los primeros años.
ResponderEliminarY me encantó escucharte! es que narras muy bien y tienes un acento muy bonito. ¡otra!, ¡otra! ¡otra!