Leyendo las distintas estrategias aplicadas por los enamorados, me doy cuenta como cambia todo al pasar los años.
En mis tiempos el enamoramiento pasaba por momentos muy difíciles, nada de miradas, de sonrizas, de agarraditas de manos y menos a la luz de la luna, pues a pesar de ser algo tan natural, para nosotros eran momentos de angustia, era algo que no estaba permitido y por lo tanto debíamos ocultar.
En la edad escolar, el Joven debía esperar a su enamorada a la salida de la Escuela, su primer contacto era un papelito escrito donde le preguntaba si quería ser su novia, papelito que entregaba a través de un cuaderno, ya que no podía haber ningún contacto físico so pena de perder la virginidad, ya que esa era la primera advertencia de nuestra madre, que cumplíamos a pie de letra llevadas por el temor, esas notas se cruzaban cuatro veces al día, a la entrada y salida de la escuela, el problema era, como conservarlas sin que nos descubrieran, ya que durante ese periodo de enamoramiento que siempre duraba máximo un mes, dos notas diarias eran muchas para esconder, recuerdo que mi escondite era sobre el tanque del escusado, que en ese tiempo estaba arriba y se abría con una cadena.
Luego en Bachillerato ya con cierta experiencia, eran encuentros personales, siempre a escondidas que no pasaban de entrelazar manos y uno que otro beso robado en la mejilla.
Lo peor venía durante la época anterior al matrimonio, las visitas controladas y vigiladas por la Chaperona, una o dos horas antes de las 8 de la noche, si este periodo se hacia muy largo, uno de los dos se desanimaba y llegaban al matrimonio sin amor o se separaban los mas atrevidos, ya que separarse era razón para quedarse solterona, la joven por supuesto quedaba señalada, ya que para el Caballero era una estrella más.
Pero como esta historia puede ser aburrida para Ustedes, mejor paso a contar mi historia, o sea mi enamoramiento a primera vista.
Tenía solo 15 años cuando llegamos a esta Ciudad, en ese tiempo no existía el puente que une la costa Oriental con la ciudad de Maracaibo, el traslado se hacía por ferri, que hacía su travesía de la pequeña ciudad de Palmarejo a Maracaibo.
Ya me habían explicado como era la ciudad, como se llegaba a ella, y como era el Lago que mas que Lago podía ser un mar, todas estas referencias me traían ansiosa por llegar a ese Lago, ya que lugares de agua, solo conocía el río que pasaba por mi ciudad, así es que venía desesperada por ver el tan nombrado Lago, en el primer momento aturdida por los carros que entraban al ferri, el ruido de la gente, de los motores, no me había dado cuenta que ante mi tenía ese Lago que con tantas ganas quería conocer, mi admiración fue tan grande que desde ese momento quedé enamorada de él, fue una enamoramiento a primera vista que ha permanecido durante toda mi vida.
Cuando compramos nuestra primera casa le dije a mi esposo, quiero vivir en una casa que tenga vista al Lago, fue imposible hacerlo, pues los precios en esa zona eran prohibidos para nuestro pequeño presupuesto, pero nunca perdí las esperanzas, soñaba con ver el reflejo de la luna sobre el lago desde el balcón de mi casa, ver pasar los barquitos, las lanchas y esos barcos grandes transportando petróleo, hoy vivo frente a ese Lago del que siempre he estado enamorada y del que me enamoré a primera vista, algunas veces veo el amanecer reflejado en él, pero casi todas las tardes cuando el sol se despide del Lago, con la promesa de volver, yo observo con atención esa despedida.
Crédito de imagen |
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Ah! Qué belleza de lugar! Vivir al lado del mar no me atrae mucho por el salitre que acaba corroyendo todo dentro de casa, pero vivir con vistas a un lago debe ser una maravilla! Con razón fue amor a primera vista!
ResponderEliminarY qué interesante lo que nos cuentas de cómo enamoraban antes. Algo de eso llegó a mi época, el intercambio de papelitos, pero no mucho más. Yo creo que me hubiera desesperado un poco ;)
Linda historia!
ylllllllba, como no enamorarse de un lugar así, es absolutamente mágico, felicidades por lograr tu sueño
ResponderEliminarHola Ylbita, la introducción a tu historia me gustó demasiado, cosas similares me habían contado mis abuelas... sobre lo lento que era el enamoramiento en esas épocas en comparación a la de hoy.
ResponderEliminarCuando vi las fotos pensé que eso que se veía al fondo era mar, pero es un lago, y grandioso! Yo quisiera vivir en un lugar asi, eres realmente afortunada. Un abrazo. :)
Qué linda vista con la que disfrutas diariamente, te felicito Ylba, como decimos acá "el que la sigue, la consigue", hasta que pudiste llegar a vivir frente al lago del cual te enamoraste.
ResponderEliminarAmo cada historia que publicas, me transportas en el tiempo y la verdad envidio lo que has vivido, es genial que pudiste cumplir tu sueño de vivir cerca a ese lago, y la vista del amanecer debe ser espectacular.
ResponderEliminarSaludos
Un paisaje de ensueño..como no amarlo!!
ResponderEliminarHermosa historia como todas las tuyas! Siempre es un placer leerte!
Ylba me encantó todo lo que escribiste! desde cómo eran los noviazgos tiempo atrás hasta tu enamoramiento por el Lago.
ResponderEliminarMe hiciste reír con eso de que el papelito debía ir metido en un cuaderno para evitar el contacto físico, so riesgo de perder la virginidad jajajaja. Y lo del tanque del excusado ubicado en la parte superior me acuerdo perfectamente, en la casa de mi abuelita tenían un tanque así, sólo que nunca se me hubiera ocurrido utilizarlo como escondite :)
Me alegro de que al fin se haya cumplido tu sueño de vivir frente a tu eterno amor.