Cuando vi la palabra de esta semana me dije. ah
que fácil desayuno y es que he tomado tantos y diversos desayunos y
tengo tantas historias, que me ha costado escoger una de ellas.
Mi primer
desayuno fue el de casi todos Ustedes, la leche materna, no es que lo recuerde, pero según
noticias lo abandoné a la fuerza, casi a los cinco años, luego fue sustituida por el biberón, el cual fue mi desayuno hasta casi los seis años, en que comensé mi etapa escolar, este era un desayuno típico de mi tierra, la pisca
andina, que
consiste en un consomé, al que se le agrega papas en trozos pequeños
un huevo entero que se cocina en el consomé, más un amarillo disuelto
en un poco de leche y unas ramitas de cilantro que se le ponen al final, esta taza de caldo era acompañada de una arepa, generalmente de harina de trigo o de maíz, queso ahumado también típico de los Andes y una taza de aguamiel, bebida de agua y papelón con leche.Este era nuestro desayuno, que mamá solía prepararnos y acompañar con una sonrisa y por supuesto una canción, cantada o silbada, ya que cuando estaba preocupada o disgustada, solía silbar, cosa que nosotros conocíamos y nos preparábamos sin hacer preguntas, comiendo en completo silencio, porque si es verdad que era un ángel, también cuando estaba malhumorada una palabra de ella era una orden.
Para variar sustituía la pisca por un perico de huevos, dos huevos revueltos con verduritas picadas y chorizo, no existía el jamón, la consabida arepa y una tajada de queso ahumado
Bueno estos desayunos duraron hasta mis trece años, época en la que nos vinimos a Maracaibo, aunque mamá trató de seguir la tradición, debido al tiempo y la distancia para llegar a nuestros lugares de estudio, debimos adaptarnos a los desayunos maracuchos, que comp en la cantina o lugares públicos, ricos en grasa, frituras, bebidas gaseosas , completamente diferentes a lo que teníamos acostumbrado, aunque nunca me he podido adaptar a esto, no puedo negar que una empanada de carne o pollo, un tequeño, una mandoca son deliciosas, pero solo para momentos especiales.
También la edad nos obliga a abandonar las tradiciones, hoy me desayuno con fruta, cereales , leche descremada, algunas veces dos huevos cocidos, arepa de maíz Pan, y una tajada de queso , ya que no puedo evitarlo por vivir en una zona agropecuaria, donde los quesos son especiales, aunque trato de comer los bajos en grasa.
Me he acostumbrado a desayunarme abundantemente, siempre a mediados de la mañana, ya que me gusta dormir hasta tarde, pero almuerzo igual a las dos o tres de la tarde, por lo que las cenas son muy lijeras, una fruta o un yogur, máximo.
Bueno, seguiré con el objetivo de esta página, la celebres historias.
Mi historia se remonta al siglo pasado, aclaratoria que hago para que me puedan comprender,
Cuando contraje nupcias, pasábamos por una crisis económica, mi Novio, recién llegado de Italia después de haber hecho un postgrado en Roma durante dos años, divorsiado, con un niño de tres años a su cargo y dispuesto a comenzar una nueva vida familiar y de trabajo, y yo la novia, que había roto recientemente un compromiso, con el disgusto de mis Padres y sin que estos aceptaran al Señor divorciado y además con un hijo, así es que en esas condiciones nos atrevimos a efectuar nuestra unión.
El plan era que viviríamos con mi suegra hasta que estuviéramos en condiciones para armar nuestro nido.
Por lo tanto la ceremonia se efectúo de una manera muy sencilla, solo con los familiares y amigos muy cercanos.
Mi hermana, que tenía una casita en la montaña, le pareció conveniente que por lo menos la primera semana de luna de miel, estuviéramos solos festejando, por lo que nos ofreció la casa, que yo no conocía, pero ella nos indicó como llegar y como estar en ella.
Alquilamos y contratamos un taxi para que nos llevara al pueblo de Tabay, a media hora de la ciudad donde yo nací, eso me traía emocionada, tan contenta que iba contándole a mi esposo, como era la gente del lugar, la escuela donde estudié, la casa donde vivía, y toda mi infancia.
Después de seis horas de viaje, por esas montañas de los Andes, curvas y curvas que nunca terminan, por fin llegamos a la plaza del Pueblo, allí nos dejó el taxi, pues él chofer no conocía otros caminos, como estábamos advertidos, tomamos un camión verdulero, de esos que tienen solo dos puestos adelante, nos montamos atrás donde va la carga, querían que yo fuera adelante para ir mas cómoda, pero como dejar a mi esposo recién casado solo? imposible, yo había jurado que estaría a su lado en todo momento, en la salud y en la enfermedad. etc, etc, y palabra es palabra, me subí con él y partimos, por un camino angosto, a la luz de luna, después de algunas curvas llegamos a la casita, yo me la había imaginado, como esas casas de montaña que salen en las películas, rodeada de flores,
pero para mi decepción, no pude ver nada ya que había oscurecido, nos bajamos y al entrar a la casita, !sorpresa" no tenía luz eléctrica, solo un bela para alumbrarnos, bela que después de algún tiempo, hallamos en la cocina.
Bueno, cuando se está tan enamorados, todo nos parece lindo, así es que dijimos, ya mañana nos arreglaremos,
Como a mi esposo le gustaba madrugar, cosa en la que nunca estuvimos de acuerdo, se levantó muy temprano y quiso lucirse con una atención especial de esposo principiante, se presentó ante mi cama, con algo que él supuso que era una bandeja, pero parece que era la tabla de picar carne, en ella llevaba mi primer desayuno de luna de miel, lo primero que observé, fue una flor amarilla silvestre, un poco triste, que yo la califique como Que linda flor y que aún conservo. Y como desayuno otra sorpresa, un trozo de pastel de bodas, que mi hermana, por precaución había puesto en la maleta.,
Ese fue nuestro desayuno de luna de miel, que además de ser lo que había sobrado, estaba desmoronado , nada atractivo y tuve que alabarlo como un gran manjar, desde ese día cuando voy a una boda, ni me acerco a la mesa del pastel.
Pero fue la semana mas feliz de mi vida, tuvimos que irnos al pueblo a un hotel barato, nos quedó una historia que la hemos contado miles de veces a nuestros hijos y nietos, espero contárselas a mis bisnietas y bisnieto, por lo que con la palabra de esta semana, he tenido también la oportunidad de contarla a este grupo de amigos, para que sepan, que la felicidad está en las cosas mas sencillas, lo importante es el amor
Sos tan genial!
ResponderEliminarMe hiciste pasar por una montaña rusa de emociones. Graciosa, tierna, emotiva, tu historia tiene de todo. Es hollywoodense!
Tu hermana, un aplauso para ella que pensó en todo!
Y vos, mujercita rebelde, valiente y luchadora...viviendo la vida a pleno! Sos mi ejemplo a seguir.
Luchadora y viviendo plenamente, tienes razón, en cuanto en que soy tu ejemplo a seguir, te diré como dice Juan Gabriel en su canción, "Te pareces tanto a mi " .
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado,
Qué linda historia, Ylba! Y qué ricos desayunos los que nos cuentas!!!!!! Alguna de esas recetas se me antoja probarlas, sobre todo la pisca andina. Se me hace que debe ser buenísima!
ResponderEliminarLo de irse de luna de miel al campo... Yo disfruto mucho la vida aquí, tan cerca de la naturaleza y todo eso, pero siempre he sido una chica de ciudad. Eso de dormir en medio de la oscuridad del campo que creo que es la más oscura que hay, con todos los bichitos sonando cerca de mí, qué va! Eso me ataca de los nervios, jajaja! Pero para una pareja de recién casados debe haber sido una aventura muy bonita, lo imagino. El amor es ciego, dicen. :)
Y eso del pastel de desayuno estuvo genial. Muy buena salida la de tu recién estrenado esposo, jejeje.
hay ylba, cada vez que nos compartes una historia me rompes el corazón, pero de felicidad, que lindas e inspiradoras palabras, tienes toda la razón del mundo, esos detalles no tienen precio. ese caballero era un amor, valía la pena enfrentarse a medí mundo con tal de compartir tu vida con alguien así. gracias por compartir este hermoso recuerdo
ResponderEliminarYlbita, ¡Que buena historia, bastante curiosa y entretenida! Pude imaginar cada momento, como si de una película se tratara. Me encantó tu narración. :D Gracias por compartir esta valiosa historia.
ResponderEliminarYlba cada vez que te leo percibo ese ambiente lleno de amor y familia y me llega hasta el corazón. Me encantan tus historias amiga, espero que tengas muchísimas más que contarnos.
ResponderEliminarY lo del desayuno de luna de miel... qué te diré, yo habría tenido que comerlo casi forzada, pues las tortas y dulces casi no me gustan y las de matrimonio mucho menos, por lo visto en eso hemos coincidido.
Y lo del compromiso roto es material para otra entrada espero, ojalá puedas darnos el chisme, perdón, el relato completo :)
ResponderEliminarQue historia tan romántica y hermosa, por cierto tu esposo era muy recursivo Ylba y eras increíble por no dejarlo ir solo, amo tus anécdotas.
ResponderEliminarSaludos