Tengo que empezar diciendo que este es un tema sobre el que nunca me ha gustado escribir, y no por falta de anécdotas en realidad. Se ha hablado tanto de amor, de enamoramientos y similares, que me provoca hasta un poco de tensión poner un grano más en este asunto, así que más que una historia para contarles, he intentado encontrar una solución que me permita sentarme a escribir esta semana manteniendo cierta integridad, digamos, de espíritu.
Estuve a punto de someter mi voluntad para contarles la primera vez que un chico me enamoró, o lo intentó al menos. Hubiera sido un buen ejercicio pero... mñeh, a la temprana edad en que eso sucedió ambos andábamos escasos de recursos y de romanticismo; no resultó nada digno de contar. En eso andaba, pues, repasando mi camino y poniéndole imaginación, cuando me di cuenta de que si ha habido una constante en mis historias, también en las de amor —¡incluso en aquella primera!—, ha sido la música.
Música he escuchado siempre. Como ya les conté una vez y para infortunio de mis vecinos, de niña ya cantaba todo lo que escuchaba. Repetía las canciones de punta a cabo con la fidelidad de un papagayo. Las letras la captaba como parte de la melodía: las palabras eran sonidos, no conceptos ni mensajes. Me daba igual que fueran en español, en inglés o en cualquier otro idioma: para mí no tenían otro sentido que el sonido por sí mismo. Hasta un día.
Fue en quinto grado. Me recuerdo sentada en el aula en el horario de recreo. Me había quedado para copiar la letra de una canción que estaba muy de moda entre mis amiguitas. No era la primera vez que lo hacía, tenía cuadernos llenos de letras de canciones y poemas, pero esa vez fue diferente. Las palabras que estaba escribiendo, de pronto, comenzaron a hablarme. Descubrí que había un mensaje en ellas que yo podía comprender... y me quedé de piedra.
Así debe ser la tan nombrada iluminación, una impresión casi física de pasar de un lugar oscuro a uno con luz, como si quitaran un velo de mis ojos que no me dejaba ver. Estaba asistiendo al despertar de mi ser a una forma de interpretación diferente, relacionada más con los sentimientos que con el intelecto. Claro que en aquel momento no lo pensé con estas palabras pero estaba segura de que ese era un evento importante en mi vida.
La canción en cuestión era una llamada “Doce rosas” de Chayanne**, que no es que fuera un prodigio de tema precisamente pero ese no es el punto; ni tampoco lo es que Chayanne a estas alturas tenga la misma pinta que tenía en ese momento hace ya más de dos décadas (¿no será un nuevo Dorian Gray?). En fin, el punto es que aquella letra le hablaba a mi corazón, lo abría a emociones nuevas. De alguna manera mi espíritu había madurado lo suficiente para conocer el amor, o lo que podía ser el amor para una niña de mi edad; había despertado al mundo de las emociones.
Ese no fue el momento en que me enamoré de la música, aclaro, ese llegó muchos años después de la mano de Mozart y por casualidad como debe ser, pero a partir de aquel día en el aula de quinto grado ya no se me escapó nunca el sentido de una canción. Era mi puerta a un mundo diferente.
Mi esencia, sin embargo, siempre ha estado más ligada al intelecto que a las emociones. Pronto empecé a decantar unos artistas de otros de acuerdo a lo que decían sus canciones. Entre los cantantes que las chicas solíamos escuchar, prefería con mucho a Roberto Carlos antes que a Luis Miguel, a Ramazzotti antes que a José José, a Ricardo Arjona antes que a Ricardo Montaner... Y es que estos, mis preferidos, me hablaban de algo más que de amor. Por supuesto, luego conocí la trova y mis gustos dieron un vuelco total, pero eso es otra historia.
En estos días, pues, volví a escuchar a los que entonces me gustaban tanto. Quería entender qué les encontraba, qué había en su música o en sus letras que me atraía, y en el caso del innombrable (Arjona), quería entender por qué con el tiempo se ha ganado críticas tan ácidas. Y aunque no diré que llegué a avergonzarme de los gustos de la Pelusa adolescente, bastante dentro de la media de los de mi generación, sí debo decir que suspiré de alivio al constatar su afortunada evolución desde entonces.
Este nuevo acercamiento me sirvió sobre todo para reconocer que esas canciones, aunque ligeritas y de dudosa calidad, supieron cumplir una importante función en mi vida: era música para chicas, para llenarnos la cabeza de pajaritos, de acuerdo, pero gracias a ellas mi alma subió un escalón en su desarrollo y, bueno, cuando por fin llegué a mi primer noviazgo ya tenía al menos una idea —romántica y poco realista, pero idea al fin— de lo que era el estado de enamoramiento. Estaba un poco más preparada.
P.D.: En cuanto a las críticas al innombrable, sólo decir que las sigo encontrando excesivas pero ahora las entiendo y, sí, hasta las secundo.
**Pido disculpas. Me ha aclarado Alex que la canción no era de Chayanne sino de Lorenzo Antonio, y ya no quise cambiarlo porque afectaría el texto.
**Pido disculpas. Me ha aclarado Alex que la canción no era de Chayanne sino de Lorenzo Antonio, y ya no quise cambiarlo porque afectaría el texto.
Pelusa, yo siempre he pensado que el amor es lo más bonito de la vida, tantas cosas feas o malas pueden pasar a nuestro alrededor, pero ni nos enteramos porque estamos sumergidos en ese océano lleno de sentimientos, qué lindo es el amor :D
ResponderEliminarSobre la música diré que empecé a cantar antes que a hablar, jeje, mi mamá siempre cantaba y yo la imitaba, también llené cuadernos y cuadernos con las letras de las canciones, no sé cuándo ni dónde me abandonaron :(
Sobre el innombrable no diré nada, gustos van y vienen :)
Es que en aquellos tiempos lejanos sin internet, tener un cuaderno con las letras de las canciones era algo mandatorio Miriam, y si teníamos suerte, comprábamos un cancionero con los temas de nuestros cantantes favoritos :)
EliminarAy, mis cuadernos! Es cierto, ¿dónde habrán quedado? Yo disfrutaba muchísimo haciéndolos y luego, como tantas cosas, dejaron de estar en mi vida y nunca me preocupé por averiguar dónde se metieron. Supongo que mi madre se habrá hecho cargo de ellos porque la verdad es que vivíamos en un lugar bastante pequeñito... No creo que les tuviera mucha compasión, jejejeje.
EliminarEl amor es lo más bonito, Miriam, claro que sí, pero a mí me gusta vivirlo o leer sobre él. Escribir ya no me gusta tanto. No tengo muy claro por qué. :)
Es cierto Loly, no teníamos internet y no nos quedaban más que los cuadernos o el cancionero, también tuve una colección de ellos, pero siempre había una canción o más que no estaban ahí.
EliminarRecuerdo una vez que el novio de mi mejor amiga me pidió la letra de una canción y yo con mucho gusto se la copié, cuando mi amiga la vio me la quitó y la copió ella con su puño y letra, creo que se moría de celos :P
Si Pelusa, seguramente nuestras madres recogieron todo el alboroto que dejamos al salir del nido :'( tampoco los recordé hasta ahora que los mencionaste tú.
Bueno, en eso te doy la razón, escribir sobre el amor es como quedarse sin palabras, es mejor vivirlo ;)
jajajaja yo sigo en nivel básico en cuanto a arjona, me encanta que me diga lo que quiero escuchar. bueno, el tema del amor si que está tan manoseado que hasta da lástima, pero por suerte podremos sacar algo lindo de tanto chisme intercambiado. por cierto, la música más bella que he escuchado para enamorar es la música de cámara, desarrollas un estado tan íntimo con cada nota que ni el mejor amante se le compara, pero mejor me callo no sea que tengas que censurare, jajajaja
ResponderEliminarJusto cuando tu tema me abría los ojos te autocensuraste Vilma jajajajajaja.
EliminarVilma, eso me parece lindo de Arjona, que le habla a las mujeres de una forma muy bonita. Lo que no me gusta nada son sus imágenes... Junta cosas en sus versos que riman, sí, pero no resultan nada poéticas, suenan bastante burdas. Pero para gustos se han hecho los colores, claro.
EliminarMúsica para enamorar... esa para mí es el jazz, suave, íntimo, con buenas voces. La música clásica la reservo para momentos tranquilos, casi que en solitario. :)
Como me he reído con lo del innombrable Elena, esa fue la cereza del pastel jajajajaja.
ResponderEliminarSabes que la palabra de esta semana también me puso a pensar sobre qué escribirles, tú encontraste el tema preciso, la música y la revelación de un mundo de palabras llenas de sentido. Me da gusto ver las diferentes formas de interpretar un tema y lo que nos puede traer a colación, esto lo digo porque mi entrada no tiene para nada la profundidad y sensibilidad de la tuya, sino por el contrario, es más bien loca y superficial, ya la leerás y verás la diferencia jajajaja.
Loly, creo que has sido la única que vio por dónde iba mi texto. No hablo del amor a la música precisamente. Gracias!
EliminarTus entradas locas y superficiales me encantan! :)
El innombrable, jajajaja! Merece otro nombre?
Del amor y otros demonios como decia El Gabo hay mucho que decir y es que el tema es tan amplio que la mente se queda en blanco!!! Bendita tu que ya saliste con elegancia del atolladero!!!! Yo tambien adoraba "Doce rosas" y tambien me pregunto como hace Chayanne para seguir asi...metidito en formol. A mi la musica me encanta (si no no hubiese estado anios de bailarina) y la trova por favor. Ahora si...si algo me habla al alma es la musica compuesta para ballet como "El lago de los cisnes" y " Cascanueces". Ahi si que me transporto.
ResponderEliminarPor cierto...por que es Arjona el Innombrable?? Tengo que confesar que siento debilidad por el y que su musica me ha acompaniado desde la adolescencia. :)
Tengo un amigo, Kare, que decía que esas piezas para ballet de Tchaikovsky destilaban almíbar, jajaja! A mí me gustan pero no creas que busco escucharlas con mucha frecuencia. De lo clásico, soy incondicional de Bach -salvo algunas de sus cantatas- y a Mozart. Entre esos dos tengo mi corazón clásico repartido :)
EliminarArjona, pues no has visto todos los memes, todos los chistes ácidos que circulan sobre él? A estas alturas decir que a uno le gusta Arjona es algo así como tildarse de tener mal gusto en público, jejeje. No tanto, tiene sus seguidores también, pero sus detractores son muy corrosivos. A mí me gustaba en la adolescencia, y nunca más volví a escucharlo hasta la semana pasada que lo puse a propósito de este tema para entender qué pasaba con él. El problema, creo yo, son sus letras. Usa imágenes forzadas, poco poéticas, que a veces hace encajar a empujones con la música... Pero esa es sólo mi impresión.
El amor es lo más maravilloso que hay Elena, la única fuerza capaz de transformar lo que sea
ResponderEliminarY podemos amar a la pareja, a la familia, a los padres, a los hijos, a los amigos. A la música, a la lectura, a nuestra profesión, etc. etc. etc.
En todo tienes razón, Hilda. El amor es la fuerza básica pero mi punto estaba en que se ha escrito muuuuuchoooo sobre él. Me aterra ponerme a escribir sobre un tema que tan bien han tratado los grandes escritores. Pero eso es sólo una barrera que mi mente se pone a sí misma.
EliminarElena, Me cuesta hacer conmentarios, cuando el tema es la música, no porque no me guste, quien no siente esa sensación tan especial al oir una bella molodía, pero mi frustación mas grande es no poder cantar, me gusta toda clase de música, cada una tiene su momento especial, igual que tu amo a la música, oía música desde el vientre de mi madre ya que ella cantaba a toda hora, mi esposo solía cantarme siempre, era su manera de decirme te quiero, por lo tanto, siempre he estado enamorada de la música, aunque no haya podido interpretarla..
ResponderEliminarHmmm...Ylba, tu comentario me dice que no supe comunicar bien lo que quería en mi texto. Yo no hablaba de mi amor a la música, que es grande pero ese no era el tema. Yo intenté contarles cómo la música me sirvió para abrir mi corazón al mundo de los sentimientos más tiernos, cómo la música me enseñó a enamorarme. Para el próximo me esforzaré un poquito más, lo prometo.
EliminarTu esposo te cantaba siempre, qué cosa tan linda! Mi padre le cantaba a mi madre en las mañanas, cuando la despertaba con una taza de café que recién le había hecho...
Elena comparto tu enamoramiento por la música, yo lo descubrí hasta hace unos años por que realmente no solía emocionarme mucho, siento que Arjona para mi es un innombrable porque sus letras no me llegan, y lo peor es que me se algunas pero si por mi fuera nunca lo escucharía, no es mal cantante.
ResponderEliminarSaludos
Christian, te remito a mi respuesta al comentario de Ylba. No supe comunicar lo que quería, evidentemente.
EliminarEres un alma sensible, quizás por eso las letras de Arjona no te llegan. Estamos de acuerdo en que no canta mal, pero sus letras son forzadas, no encajan del todo, y tienen unas imágenes, unos símiles que se perciben como el arañazo de una tiza en la pizarra... Lo que pasa es que su música es "pegajosa", es fácil de recordar. :)
Hola Elena. A mi algunas canciones de Arjona me siguen gustando mucho, pero sobre todo de las viejitas, las actuales ni las escucho. En cuanto a la canción que mencionaste de Chayanne no la conocía y me puse a buscar y tampoco aparece. Las Doce Rosas que yo conocía es la de Lorenzo Antonio que mi mamá se la pasaba escuchando en una época y quedó grabada en mi memoria.
ResponderEliminarSaludos.
Jajajaja! Mil gracias por sacarme de mi error, Alex! Es cierto, no era de Chayanne. Hacía tantos años que no pensaba en esta canción que terminé asociándola con el autor que no era. :)
EliminarLo que puedo decir que aún hoy me gusta de las canciones de Arjona es el respeto que inspiran hacia la mujer. Viendo cómo anda hoy en día el tema de la violencia de género, me parece que su aporte en este sentido es muy válido.
Lo que no me gusta, bueno, su poco tino a la hora de hacer símiles en sus poesías... O sea, que rime una palabra con otra o que quepa dentro del verso no necesariamente lo hace hermoso. Hay palabras que no son, digamos, poéticas; que no aportan belleza ni fuerza a un verso, sólo lo completan. Y no siempre se escuchan con placer. Incluso mi bienamado Silvio tiene un "querube" imperdonable insertado en una de sus canciones más hermosas, que termina chirriando en mi oído cada vez que lo escucho.. Eso es lo que creo que le falta a Arjona, pero es sólo mi impresión, no la verdad absoluta.
A mí me sigue gustando Arjona, no es mi cantante favorito, pero me agrada.
Eliminarjajajaja que bueno que descubrieron que la canción era de Lorenzo Antonio, leí el título, me acordé de la canción y no lograba ubicar ninguna parecida con Chayanne jijiji
Para mí el asunto con Arjona pasa por su falta de evolución, al inicio sus canciones parecían innovadoras y diferentes, y como dice Elena, con un ritmo pegajoso, a mi me encantaba. Pero después de más de 20 años escuchando las mismas hipérboles, las mismas comparaciones y las mismas figuras como que ya te cansa.
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