domingo, 19 de octubre de 2014

De estreno en estreno

Dandole vueltas al tema de la semana he recordado algunas anécdotas, unas graciosas y otras francamente para olvidar.
La que les contaré ahora, se remonta a mi época escolar inicial, tendría yo unos 5 o 6 años y estaba en el jardín #4, era mi primer año escolar, el uniforme era una falda azul de tablones, una blusa blanca y un lindo corbatín rojo, recuerdo que mi jardín de infantes quedaba en el centro y muy cerca de allí quedaba la escuela donde mi mamá era maestra y por tanto siempre estaba pendiente de mi y ante cualquier situación podían ir a buscarla, además que era amiga de mi profesora. 
Mi jardín era mixto así que en ese año compartí con niños y niñas y recuerdo que allí tuve mi primer admirador, un compañerito de jardín llamado Freddy, que tenía una forma muy particular de demostrarme su amor y tratar de enamorarme, tocaba piano y se destacaba entre todos los niños, no es que lo hiciera perfecto pero si lo hacia mucho mejor que el resto, recuerdo que había un piano negro y allí se sentaba a impresionarme con su música, pero como no siempre causaba el efecto deseado, creo para llamar mi atención empezó a quitarme mi corbatín del uniforme y lanzarlo al techo, o botarlo por la ventana o simplemente desaparecerlo.
Como es de suponer mi mamá fue a quejarse porque todos los días llegaba sin mi corbatín a casa y muy molesta, sin embargo a pesar de la queja, Freddy seguía en cualquier descuido mío quitándome mi lazo mi mamá ya cansada de quejarse y no obtener resultado, optó por comprar algunos metros de la tela con la que hizo tantos lazos que recuerdo tenía un cajón de ropa lleno de ellos, así cada día de clases yo estrenaba un corbatín nuevo, todo ese año escolar transcurrió de estreno en estreno.
Nunca más supe de Freddy, o quizás se llamaba Raúl, no lo recuerdo bien, solo se que vivía a dos cuadras de mi casa pero creo que se mudaron. Aun el día de hoy si le preguntan a mi mamá por mis lazos rojos del uniforme del jardín se ríe y se acuerda perfectamente del cajón lleno de ellos.

8 comentarios:

  1. Que hermosa anécdota, mira que los niños tienen unas manera de llamar la atención y lo de la cinta me pareció muy gracioso.
    Saludos

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  2. Tu historia, se parece a lo que le sucede a mi bisnieta, un muchachito fastidioso (según ella) le quita los lazos o flores que siempre lleva en su cabeza, me pregunto, estará enamorado?
    Bueno, Fredy te dió la oportunidad de estrenar lazos todos los días.

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  3. Jajaja! Adoré tu historia! Es verdad que en esas edades se recurren a todo tipo de recursos para "declarar el amor" al otro... Muy práctica tu mamá.
    A mí había un compañerito del aula que me pedía las libretas casi todas las semanas. El decía que para copiar mis notas pero a mí me parece que me quería decir algo más, jejeje.

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  4. No cabe duda que los niños se las ingenian para llamar la atención de la niñas, pero qué difícil a esa edad que les hagan caso con esos métodos :D

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  5. jajajaja esto me trajo recuerdos jajaja no sé quien les dijo a los chicos que fastidiarnos es una táctica para que nos rindamos a sus pies

    jajaja tu mamá se rindió! :)

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  6. que ternuuuuuura, vaya con ese galén, a lo mejor tiene todos esos lazos ojos desaparecidos en una gaveta, quien sabe

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  7. Ay los niños!!!! Amo las historias de la infancia! Yo me imaginé lo mismo que Vilma..Freddy/Raúl atesorando hasta el día de hoy un cajón lleno de tus lazos rojos.. es para un cuento de realismo mágico!

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  8. Elizabeth has sido una rompecorazones desde tu infancia! qué te costaba sonreirle al pobre Freddy? así asegurabas su amor eterno y la permanencia de tu lazo rojo jajajaja.

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